viernes, 20 de noviembre de 2020

Extracto de A Test of Courage

Se aproxima una nueva era de Star Wars. The High Republic comienza en enero, llevando a los fans a una galaxia muy, muy lejana, doscientos años antes de los eventos de La Amenaza Fantasma. Esta era nos da la oportunidad de explorar un gobierno diferente, villanos que no conocemos y la Orden Jedi como solía ser. Eso significa enamorarse de nuevos personajes, como Vernestra "Vern" Rwoh. Ella es Caballero Jedi, uno de los más jovenes en varias generaciones con tan solo 16 años. Vern es el centro de la novela A Test of Courage, de Justina Ireland, y tenemos un extracto, que nos trae un giro de tuerca en el sable de luz: el látigo de luz.


 

Honesty gritó alarmado y todos voltearon a verlo. "Quema," dijo. Levantó su brazo donde una gota de lluvia había caído en su manga, dejando un hueco en el material y dejando las orillas chamuscadas.

"Ah, tiene razón," dijo Avon, agachando su cabeza y corriendo para situarse al lado de J-6. "¿Dónde está tu sombrilla?"

"¿Y si dices por favor?" dijo J-6. Un compartimiento se abrió en su pecho, un mango plateado se extendió por encima de su cabeza. Hubo un crujido al tiempo que un domo azul de energía se extendía alrededor del tubo, creando un toldo protector.

"Ven acá, Honesty. A menos que también tengas poderes Jedi que te protejan," dijo Avon, subiéndose los goggles a la frente. Vernestra se dio cuenta que había estado usando la Fuerza de manera inconsciente para evitar que las gotas de lluvia la golpearan, y una mirada hacia Imri reveló que él también había hecho lo mismo.

Pero usar la Fuerza de ese modo no era sostenible, así que Vernestra cortó unas cuantas hojas anchas y usó la Fuerza para levitarlas encima de Imri y de ella. Eso los mantendría secos.

Honesty se juntó con Avon y J-6, y los tres caminaban al mismo tiempo de manera incómoda. El pequeño droide explorador volaba entre los árboles, entonando una alegre melodía. "Adelántense y sigan a SD. Él los llevará a la caverna que encontré. Yo puedo rastrear su señal y los alcanzaré," dijo Avon a los Jedi, mirando la lluvia con preocupación.

"También podemos rastrearlos sin problema," dijo Honesty, apuntando a la rama chamuscada por los golpes de Vernestra. "Aún más importante, ¿se inunda esta zona?" preguntó Honesty, mirando el piso.

"Esperemos que no," dijo Vernestra. Si la lluvia era lo suficientemente cáustica como para deshacer la ropa, entonces un río sería desastroso para cualquier tipo de vida no nativa. Podían ser materia cruda, pero nadie quería terminar derretido por una tormenta.

"Imri, quédate conmigo," dijo Vernestra antes de redoblar sus esfuerzos contra el follaje que bloqueaba su camino. Los dos comenzaron a acuchillar la densa vegetación, y mientras lo hacían, la lluvia incrementaba de intermitente a regular. Las hojas sobre su cabeza se hacían más pesadas, y Vernestra tenía que concentrarse en mantener las hojas en un ángulo que permitiera a la lluvia fluir sin golpearlos. El presentimiento que había sentido Vernestra se había convertido en pavor, y sentía un peso sobre sus hombros. Podía hacer un camino en la jungla aún más rápido, pero eso significaría mostrar la verdadera naturaleza de su sable de luz. Miró a Imri. Estaba empecinado en usar su sable para cortar el follaje. Pero se veía tan cansado como Vernestra.

Podría lidiar con la verdad.

"Imri, ponte detrás de mi," dijo Vernestra. Se habían adelantado tanto que no había nadie más que pudiera ver lo que estaba a punto de hacer, y se desvaneció un poco de la ansiedad de Vernestra. "Puedo hacer esto más rápido pero necesito que te mantengas fuera de mi camino."

"Vern, ¿de qué estás hablando?" preguntó él, pero obedeció su petición de quedarse atrás. 

"Mira," Vernestra giró el anillo frontal de su sable de luz, y la hoja sólida se fracturó y se dividió antes de caer en una sinuosa hebra de luz púrpura. Vernestra balanceó el látigo de luz de manera que el mortal rayo cortara la vegetación frente a ella, limpiando el camino en solo una fracción del tiempo que habían invertido Imri y ella.

"Espera, ¿cómo lograste hacer eso?" preguntó Imri. No sonaba crítico de la poco ortodoxa arma, solamente curioso. "¿Estudiaste los archivos sobre las armas de luz?"

"No, el diseño completo se me apareció a la mitad de la noche hace unas pocas semanas. No pude dormir hasta terminar las modificaciones." Vernestra balanceó el látigo haciendo un ocho, dejando que el brillo residual completara la figura. Había comenzado a entrenar en secreto con el látigo, y ni siquiera Douglas sabía sobre las modificaciones a su sable de luz. Imri era el primero en verlas.

"Los látigos de luz son usados por las Hermanas de la Noche," dijo él. Vernestra miró a Imri por el rabillo del ojo. Había aprendido rápidamente que el látigo necesitaba más atención y cuidado que el sable de luz. Un movimiento en falso y podía cortar sus propios brazos.

"Durante las Guerras Sith, los Jedi también usaron látigos de luz," dijo Vernestra, limpiando el camino y moviéndose a más velocidad. Sin importar la conversación filosófica, todavía tenían encima una enorme tormenta, y no podrían levitar hojas sobre ellos para siempre. "¿Has leído los testimonios de Cervil la Misteriosa? Ella dijo que el látigo había sido usado en ocasiones para defenderse de los Señores del Sith cuando usaban las Formas Prohibidas. Además, la Fuerza misma me guió hasta este diseño. No creo que el lado oscuro haya dirigido su construcción. ¿Sientes ira o discordia en mí?" Vernestra no mencionó que no le había dicho nada a nadie sobre el cambio a su sable de luz, ni siquiera a su antiguo maestro, Stellan Gios. Imri no necesitaba saber todo.

Imri sacudió su cabeza y sus mejillas se sonrosaron. "Lo siento, no quería interrogarte."

"Interrogarme está bien, Imri. También debí haberme preguntado sobre el diseño. ¡Pero mira! Ya demostró ser útil!"

Vernestra limpió un grupo final de árboles jóvenes y entonces el verdor se terminó, revelando un pequeño claro y una elevación. SD-7 estaba justo delante, levitando sobre la lluvia.

"Imri, ¿ves esa piedra?" preguntó Vernestra, apagando su látigo de luz y poniendo el arma en su funda. "Parece que hay una cueva debajo. ¿Puedes quitarla?"

Imri asintió y levantó una mano hacia la cueva. Al principio, la enorme piedra no se movió, pero entonces comenzó a girar hacia ellos. Ganó velocidad al llegar a la pendiente e Imri gruñó bajo el esfuerzo de detenerla, temblando y sudando al llegar al límite de su fuerza.

Un segundo antes de que se estrellara contra ellos, Vernestra la empujó hacia la izquierda, mandando la enorme roca hacia el denso follaje. El sonido de su paso cuesta abajo era casi tan fuerte como los truenos.

"Lo siento," dijo Imri. El enorme muchacho estaba inclinado, las manos sobre sus muslos. La hoja sobre su cabeza que lo protegía de la lluvia se cayó al tiempo que perdía su enfoque. Las gotas de lluvia chisporrotearon al caer sobre su túnica, quemando el pálido material. Vernestra movió sus hojas para cubrir al Padawan.

"Está bien, Imri. Lo hiciste bien, solo necesitas aprender a enfocarte en la tarea por completo. Mi maestro me enseñó que ayuda mucho si visualizas toda la tarea, no solo un paso a la vez. Podemos practicar una vez que hayas descansado. Vamos, echemos un vistazo a la cueva."

 

Escrito por Justina Ireland.

Traducido por Mario A. Escamilla

Original de: STAR WARS: THE HIGH REPUBLIC Brings Back the Lightsaber Whip

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