Wedge Antilles es un héroe de la Batalla de Yavin, de la Batalla de Hoth, de la Batalla de Endor. Es una leyenda.
Y está de regreso.
Star Wars: Resistance Reborn es una precuela esencial para El Ascenso de Skywalker. Escrita por Rebecca Roanhorse, sale a la venta en Estados Unidos el 5 de noviembre y encontrará los restos de la Resistencia continuando su lucha contra la Primera Orden.
En este extracto, Wedge, un piloto ás y héroe de la Rebelión, debe enfrentarse al pasado, el presente y lo que puede ser un oscuro futuro.
El amanecer fue cálido y húmedo sobre Myrra, la ciudad capital de Akiva. Había llovido constantemente toda la noche, y una espesa niebla colgaba del aire matutino. El sol amarillo brillaba débilmente sobre las estrechas calles anegadas de la ciudad y de los verdes campos de los suburbios exteriores. Los charcos llegaban a las rodillas de los transeúntes de los caminos de tierra, y se rellenaban con las goteras intermitentes que caían de los techos de arcilla. Justo fuera de la ciudad, entre los asentamientos de granjas familiares, Wedge Antilles se levantaba de la cama, preparándose una taza hirviente de caf, y salía al exterior en la bochornosa mañana.
"Es como meter tu cabeza en la boca de un happabore," habló consigo mismo mientras estiraba sus brazos sobre su cabeza y dejaba escapar un enorme bostezo. Algo en su hombro se contrajo, causándole un dolor agudo en su espalda baja. Se frotó el lugar, murmurando una maldición. Ese dolor no estaba allí antes. Debió haberse lastimado algo el día anterior cuando deshierbaba el jardin con Norra. Wedge había sido torturado por los Imperiales hacía años, y aún cargaba las heridas. Su cuerpo no era lo que solía ser. Por supuesto, se recordaba a sí mismo, la edad era la principal responsable. No tan vil como el Imperio había sido, pero si más implacable.
Bajó del porche y caminó hacia el patio. Era un patio modesto, tal y como la casa era modesta, pero era suficiente para Norra y él. Lo suficientemente grande para ambos y un visitante ocasional. Dos habitaciones, un estudio, una cocina y un anexo. En la parte trasera había un sistema de recolección de agua con purificado, un tanque séptico y una parcela de una hectárea para cultivar. Norra había insistido en que plantaran tres variedades de pimientos y suficiente maiz nativo de la región. También había dos hileras de tubérculos púrpura y una viña de melón koshar, y por supuesto, el gallinero que Snap había construido en su última visita. ¿Cuándo había sido eso? Wedge no podía recordar bien. Debía haber sido hace bastante tiempo, antes de que Snap y Karé Kun se casaran.
Era tan temprano que ninguno de los vecinos de Wedge se habían levantado, y parecía tener todo el mundo solo para él, incluso si es mundo era solamente un pequeño jardín brumoso. El clima le hacía recordar las historias que Luke le había contado sobre Dagobah. Ahora, ese era un nombre en el que no había pensado en un buen tiempo, ciertamente no desde que Luke se había ido a buscar... bueno, lo que fuera que él buscaba. Luke no le había dado muchas explicaciones a Wedge, pero tampoco era como si le debiera una explicación. Habían sido cercanos cuando eran jóvenes, realmente, Endor había sido hacía mucho tiempo, y Yavin incluso todavía más. Wedge no necesitaba ver el calendario para saberlo. Podía sentirlo en sus huesos. En el dolor de sus articulaciones en esta maldita humedad, en el hecho de que sus ojos no funcionaban tan bien como antes, y ahora en el dolor en su espalda baja. Norra le había sugerido que fuera al doctor y se checara sus achaques. "Hay medicina para todo ello, sabes," le había dicho jugetonamente la última vez que se quejó, pero el había ganado bien esos dolores y punzadas, ¿o no era así? Era uno de los afortunados. Tantos de sus amigos no sobrevivieron a la guerra. No necesitaba vivir mucho para quejarse de las vicisitudes de la edad avanzada. Así que ignoró el consejo de Norra y vivió con el dolor otro día, como una extraña medalla de honor.
Wedge llenó dos tazones con agua limpia del purificador junto a la casa y los llevó cuidadosamente hasta el gallinero keedee. Los puso en ambos lados de la valla y llenó otro tazón de comida. Las pequeñas criaturas ya estaban despiertas y alertas así que las dejó salir a hacer ejercicio. Saltaron en sus dos patas, sacudiendo su plumaje multicolor, gorjeando y batiendo las alas, dejando estelas de plumas azules y amarillas tras su paso. Removió un pañuelo cuadrado de su bolsillo y lo extendió. Podía ver que había casi una docena de huevos esperando a ser recolectados de los nidos vacíos, así que se dispuso a recabar los huevos de color verde pálido. Recordaba un juego que solía jugar con sus estudiantes en la academia llamado palo de pila. Todos creían que era una pérdida de tiempo, pero los estudiantes siempre creían que cualquier cosa que los distrajera de volar, era aburrido. Típico de pilotos. Había tratado de enseñarles que volar era mucho más que maniobras atrevidas y fuerza de voluntad. Tenían que tener delicadeza, también. Buen juicio. Y una disposición a tomarte el tiempo necesario y elegir las decisiones adecuadas para que cuando estuvieras en el calor de la batalla mantuvieras la cabeza fría, y si tu cabeza te fallaba, entonces que al menos tus reflejos tomaran el control. No todos lo entendían al principio, pero esperaba que lo hicieran y que les sirviera en el futuro.
Con el último de los huevos recolectado y asegurado en el tejido, Wedge se regresó a la casa. Dejaría a los keedees merodear por un par de horas y regresaría antes del almuerzo a echarles un ojo. No había muchos depredadores que se atrevieran a bajar al pueblo, especialmente no en un día tan caluroso como hoy, pero no quería dejar a los pájaros a su suerte. Eran parte de la familia ahora. Sacudió su cabeza. ¿Cuándo se había vuelto tan sentimental, y cuándo había dejado que la recolección de huevos fuera la parte más peligrosa de su día? Estaba feliz de seguir vivo, eso era un hecho, pero a veces se preguntaba sobre sus amigos que se habían consumido vivos en la guerra. El retiro no era una misión fácil para un viejo soldado como él.
Un movimiento súbito llamó su atención, y miró hacia arriba a través de la bruma. Un destello metálico y el característico rugido de motores se oyó al tiempo que un par de cazas estelares surcaron a través del cielo. Su pulso se aceleró. Por un momento sus dedos se flexionaron y se aflojaron mientras cargaba su improvisada canasta de huevos, por lo que estuvo a punto de tirar la caza del día. Puso una mano debajo de los huevos y apretó su puño.
Reconocería esos cazas en cualquier lugar. La forma cruciforme, el sonido de los motores de las naves al cruzar la atmósfera. Esos eran X-wings. Pero, ¿qué estaban haciendo en Akiva y, aún más importante, porque se estaban dando la vuelta para aterrizar... aquí?
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Snap y Karé estaban sentados en la banca de la mesa de la cocina, con sus cabezas juntas. Se separaron, como cadetes cachados al momento de besuquearse en su tiempo libre.
"Mamá," dijo Snap, levantándose. "Vaya, te ves fantástica."
"Tu también, hijo." Ella abrazó a Snap brevemente y también a Karé cuando ella se puso de pie. Norra les indicó que se volvieran a sentar, y Wedge se les unió. Karé había traido el caf a la mesa junto con cuatro tazas. Ya se había servido para ella y Snap, así que Wedge hizo lo mismo para Norra y él. Norra abrazó la taza con sus manos y respiró el fragante humo. "Es bueno verlos de nuevo, Temmin, y Karé siempre serás bienvenida aquí, pero Wedge dijo que tenían noticias."
"Ya llegaré a eso," dijo él, sonando evasivo. "pero primero díganme cómo han estado."
"Igual que siempre," dijo ella con un tono agudo. "No hay muchos cambios en el Anillo Exterior."
"¿No les llegaron noticias sobre lo de Hosnian Prime?"
Norra se ruborizó, "Claro que si. Lo siento, ¿a eso te referías?"
Él asintió. "¿Como respondió el gobierno local?"
"Hubo elecciones de emergencia," dijo Wedge. "Sacaron al gobernador y eligieron a un rico mercader que tenía buenas relaciones con la Primera Orden."
"Una excusa para evitar una invasión," dijo Norra. "Pero nadie se ha acercado a tomar el control del planeta, todavía. Y las cosas del día a día siguen igual. ¿Como está todo allá afuera en la galaxia? No hemos recibido noticias en un buen tiempo."
"Venimos de Ikkrukk," dijo Karé. "¿Lo conocen?"
"Un mundo en el Anillo Medio. Su capital es Grail City. Hice algunas entregas allí."
"La Primera Orden llegó y demandó que se rindieran para ocupar inmediatamente el planeta. Cuando se rehusaron, la Primera Orden abrió fuego."
Norra echó una mirada a Wedge. "Es lo mismo que esperamos que pase aquí."
"Afortunadamente estábamos cerca," dijo Snap. "La General Organa había enviado al Escuadrón Negro en una misión relacionada. Fue difícil por instantes pero Poe llegó de último minuto y nos sacó de las llamas."
"Literalmente," añadió Karé.
"¿Cómo está Poe?" dijo Wedge. "Era uno de mis mejores estudiantes. Además de ti, por supuesto," añadió rápidamente para beneficio de Snap.
"Ahora sé que estás mintiendo," contestó Snap. "Era un pésimo estudiante."
"Eras un terrible estudiante," convino Wedge.
Los tres se rieron, pero Norra frunció el ceño, con la boca apretada.
"¿Por qué dices que Poe Dameron llegó de última hora? ¿No es acaso el líder del Escuadrón Negro?"
"Snap era Negro Uno en esta misión," dijo Karé, con un tinte de orgullo en su voz.
"Eso es fantástico, hijo," dijo Wedge con orgullo. "Sabía que tendrías tu propio escuadrón algún día."
Snap bajó la cabeza. "Fue más bien por necesidad. Poe tenía otra misión." Sorbió de su taza y se enderezó. "Y aquí vienen las malas noticias."
Norra se puso tensa. "Lo sabía. ¿Quién murió?"
"Norra," le djo Wedge suavemente. "Snap no ha dicho..."
"No estábamos allí," interrumpió Snap,"pero Poe nos contó la información importante. Hubo una batalla en un lugar llamado Crait y..." Sacudió tristemente su cabeza.
"¿Y quién?" dijo Norra, con voz tensa.
"Todos," dijo suavemente Karé.
"No todos," corrigió rápidamente Snap al ver la mirada de su madre. "Pero perdimos a los líderes de la Resistencia. Los Almirantes Holdo, Ackbar, Statura. Toda la flota."
"¿Leia?" preguntó Norra, con la voz quebradiza.
"No, la General Organa sobrevivió. De alguna manera. Pero Poe dijo que aún no se recupera totalmente, y no puede dirigir sola a la Resistencia."
"No entiendo," dijo Wedge. Se levantó de su asiento y dio unos pasos, como si tratara de poner distancia entre él y las noticias de Snap. "¿Ya no está el Almirante Ackbar?"
Snap asintió.
"Pero había sobrevivido a Endor. Y Jakku. Yo pensé..." Wedge se pasó la mano entre su cabello entrecano. "Pensé que viviría por siempre. ¿Cómo fue?"
"¿Acaso importa?" preguntó Norra.
Wedge la miró, pero ella se encogió de hombros y desvió la mirada.
"Hay una pérdida más. Wedge, será mejor que te sientes."
Oh no. Esa era una buena señal para que Wedge prefiriera permanecer de pie. Se recargó sobre la barra de la cocina y cruzó sus brazos. "Dime", ordenó, con voz dura.
"Luke Skywalker."
Wedge perdió el equilibrio. Se detuvo de la barra, apretándola fuerte. Luke no. ¿Acaso podía morir? ¿No vivían para siempre los Jedi o algo así?
"¿Estás bien?" Levantó la mirada y vio que tenía a Karé junto a él, sosteniéndolo del codo. Se sacudió gentilmente. "Estoy bien. No soy un anciano, maldición."
Karé dio un paso hacia atrás, con los ojos bien abiertos. Su boca se frunció hacia abajo, claramente herida. Wedge suspiró, pensando que debería contenerse.
"Lo siento, Karé. No era mi intención estallar. Es solo que..." Sus manos estaban temblando. De hecho todo su cuerpo parecía estar temblando.
"Todos," dijo Norra, repitiendo las palabras de Karé, con su voz hecha un murmullo, pero aún así Wedge la escuchó.
Escrito por Rebecca Roanhorse.
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de: Wedge Antilles Returns in Resistance Reborn – Exclusive Excerpt
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