miércoles, 13 de febrero de 2019

Extracto de Master & Apprentice

En Star Wars: La Amenaza Fantasma, Obi-Wan Kenobi le implora a su maestro, Qui-Gon Jinn, a moderar su petición de que el joven Anakin Skywalker sea entrenado como Jedi. "No desafíe al Consejo, maestro. No otra vez," dice. "Haré lo que debo hacer, Obi-Wan," le responde Qui-Gon. Es un ejemplo que ofrece un vistazo a su relación, uno de tanto fricción como respeto. De hecho, Qui-Gon aceptaría después que su estudiante era mucho más sabio que él.

La novela "Master & Apprentice" de Claudia Gray se publicará el 16 de abril de 2019 en Estados Unidos, y nos llevará a profundizar en la dinámica entre Qui-Gon y Obi-Wan, la cual ha sido relativamente inexplorada hasta ahora. En el siguiente extracto exclusivo, el Consejo Jedi convoca a Qui-Gon a tomar una misión difícil y le hacen una oferta sorprendente..



Como siempre, después de una misión, Qui-Gon ha sido convocado a la cámara del Consejo Jedi para entregar su reporte. Era de noche, más tarde de lo que generalmente se reúne el Consejo, al menos para asuntos ordinarios, y la oscuridad alrededor de ellos estaba iluminada solo por el ciclón de tráfico de Coruscant y las luces de las naves. Aquí, en la habitación, un sentimiento de serenidad prevalecía. Qui-Gon saboreó el contraste.

La Maestra Billaba se reclinó hacia el frente, estudiando su datapad con el cejo fruncido. "Me preocupa, este malentendido entre tu Padawan y tú. No es la primera vez que reportas este tipo de dificultades."

Qui-Gon asintió levemente con la cabeza. "También me preocupa. Obi-Wan es poderoso en la Fuerza, y está ansioso de cumplir sus deberes. La falla debe ser mía. Fundamentalmente, me temo que hacemos mala pareja. No he podido adaptar mis métodos de enseñanza a sus necesidades, a pesar de realizar mi mejor esfuerzo."

Yoda movió su cabeza. "Adaptarse debe él. La cooperación aprendida no es a través del esfuerzo individual. Solo juntos progresar podrán."


Aceptar esa propuesta, por muy sensata que fuera, significaría atribuir algo de culpa en Obi-Wan, algo que Qui-Gon prefería no hacer. Simplemente permaneció callado. El Consejo Jedi tenía el hábito de creer que el silencio significaba estar de acuerdo; Qui-Gon había encontrado este hábito muy útil, de vez en cuando.

Sin embargo, esperaba que el Consejo le preguntaría en algún punto si quería reasignar a Obi-Wan con otro Maestro. Sabía incluso antes de que comenzara la junta que podían preguntarle hoy mismo, pero aún no sabía exactamente su respuesta. El suspenso era peor de lo que había anticipado, tal vez porque no sabía lo que quería responder...

... o por que el silencio en el cuarto había durado un sospechosamente largo período de tiempo.

Qui-Gon enfocó su atención en los Maestros que lo rodeaban. Estaban intercambiando miradas de anticipación. Se puso firme. "¿Tienen otra misión para nosotros?" Tal vez pretendían darles otra oportunidad antes de tomar una decisión acerca de la reasignación.

"Si, otra tarea para ustedes tenemos." Las orejas de Yoda se movieron hacia abajo, con señales de profunda intención. "Considerarlo cuidadosamente, debes."

Mace Windu se enderezó y juntó sus manos en señal de respeto. "Tal vez no sabes que el Maestro Dapatian planea retirarse del Consejo, el mes próximo."

Qui-Gon miró a Poli Dapatian, un Maestro de gran renombre... tanto que Qui-Gon no había notado, en años recientes, su edad avanzada. "Es una gran pérdida para nosotros."

"Pero también esperamos que sea una ganancia para nosotros," replicó Mace. "Qui-Gon Jinn, te ofrecemos formalmente un asiento en el Consejo Jedi."

¿Había escuchado mal? No, no lo había hecho. Qui-Gon miró lentamente a su alrededor, mirando las expresiones de cada miembro del Consejo. Algunos parecían divertidos, otros satisfechos. Unos cuantos, incluido Yoda, parecían estar tristes. Pero todos mostraban seriedad.

"Debo admitirlo, me han sorprendido," dijo finalmente Qui-Gon.

"Lo imagino," dijo secamente Mace. "Hace algunos años, nos hubiera sorprendido creer que llegaríamos a considerar ésto. Pero en ese tiempo, hemos cambiado. Hemos crecido. Lo que significa que las posibilidades también han cambiado."

Qui-Gon se tomó un instante para recomponerse. Sin aviso alguno, uno de los puntos de inflexión en su vida había llegado. Todo lo que dijera e hiciera en los próximos días sería de grandes consecuencias. "Han discutido con mis métodos casi tan a menudo como lo han dejado de hacer, o tal vez dirían que yo he discutido con sus métodos."

"La verdad, eso es," dijo Yoda.

Depa Billaba le echó una mirada a Yoda que Qui-Gon no pudo interpretar. "También es cierto que el Consejo Jedi necesita más puntos de vista."

¿Tenía sentido lo que decía el Consejo? Qui-Gon esperó que ninguno de ellos continuara ese pensamiento.

Mace asintió. "Si, Qui-Gon, hemos estado constantemente en desacuerdo. Hemos incluso topado cabezas. Pero siempre has actuado con respeto hacia la autoridad del Consejo, sin dejar de lado tus convicciones internas. Esto muestra un gran don para..."

"¿La diplomacia?" preguntó Qui-Gon.

Mace contestó, "Iba a decir el balance."

Era una cuerda floja en la que caminar, una en la que Qui-Gon había tambaleado en varias ocasiones. Pero esas ocasiones se habían vuelto más infrecuentes con el paso de los años. Había aprendido como lidiar con el Consejo suficientemente bien. Ahora, parecía que el Consejo estaba listo para escucharlo a él.

Qui-Gon jamás imaginó sentarse en el Consejo Jedi, no desde que era un Padawan. Dooku había bromeado alguna vez, cuando hablaron sobre el Consejo. "Tienes una mente independiente, mi Padawan," había dicho. "El Consejo no siempre responde bien a ello." Y dado el número de veces que Qui-Gon había entrado en conflicto con el Consejo, desde sus primeros días como Caballero Jedi hasta... hacía seis semanas, siempre había asumido que nunca ascendería hasta la cumbre de la Orden.

Pero ahora era posible. Pasaría. Sería capaz de influenciar las decisiones del Consejo, y tal vez podría lograr los cambios que deseaba. Era la oportunidad más grande de su vida.

"Ustedes me honran," dijo Qui-Gon. "Solicito un poco de tiempo para meditar esta oferta antes de acepar." Por supuesto que tomaría el lugar en el Consejo. Pero al hacerlo, necesitaba reflexionar sobre como ésto lo cambiaría, y la inmensidad del rol que asumiría.

"Muy sabio," dijo Depa. "La mayoría de los que han sido invitados por el Consejo han hecho lo mismo, incluyéndome a mi. Si alguien no lo hiciera, bueno, creo que tal vez no sabría en lo que se mete."

La risa se desbordó en la habitación. La máscara de respiración de Poli Dapatian burbujeó con entusiasmo. La sonrisa de Depa Billaba era contagiosa, y Qui-Gon se dio cuenta que le estaba sonriendo de vuelta. Aunque el Consejo nunca había sido hostil con él, esta era la primera vez que tenía un sentimiento de camaradería, de amistad de iguales. Parecía que Teth y los Hutts eran problemas de un lejano pasado. El futuro brillaba tanto que amenazaba con opacar al presente.

Calma, se dijo. No se te debe subir a la cabeza ni siquiera una invitación al Consejo Jedi.

"Considerarlo cuidadosamente, debes," dijo Yoda, el único miembro del Consejo que continuaba totalmente serio. "Una respuesta apresurada no debes dar."

"Por supuesto," dijo Qui-Gon. ¿No acababa de indicar que pretendía hacer justo eso?

Antes de que pudiera pensar más en ello, Mace dijo, "En cierta forma, esta invitación llega en un momento oportuno. Este cambio podría, potencialmente, resolver otros problemas."

Entonces Qui-Gon se dio cuenta: si tomaba el lugar en el Consejo, entonces Obi-Wan sería transferido a otro maestro.

No estaba prohibido que un Jedi del Consejo tuviera un aprendiz Padawan; uno de los compañeros de Qui-Gon en la guardería se había convertido en el Padawan del Maestro Dapatian, hacía varios años. Se hacían excepciones también durante tiempos de crisis, cuando todos debían tomar responsabilidades adicionales. Pero esas excepciones eran raras. Servir en el Consejo requería mucho tiempo, concentración y compromiso. Balancear ese compromiso con la sagrada tarea de entrenar un Padawan, bueno, sería una situación difícil, potencialmente injusta tanto para el Maestro como para el estudiante. Solo aquellos que habían servido en el Consejo durante mucho tiempo, y se habían acomodado a sus demandas, se dignaban pensar en tal situación.

"Entiendo lo que dicen," dijo Qui-Gon. "Tal vez sea para bien. Pero debo meditar en ello."

"Por supuesto," dijo Depa afectuosamente. Yoda asintió, apretando su bastón sin decir palabra.

Mace Windu se levantó de su sillón y puso su mano en el hombro de Qui-Gon. "Por supuesto, mantendremos esta invitación de manera privada hasta que hayas elegido unirte a nosotros. En este momento, la única persona fuera de este cuarto en saberlo es la Canciller Kaj. Pero si necesitas discutirlo con el Padawan Kenobi, o algún otro amigo, estás en libertad de hacerlo, siempre y cuando prometan ser discretos."

"Entendido."

Qui-Gon abandonó la Cámara del Consejo en un extraño estado mental. No podía decir que fuera aturdimiento, porque en cierta forma era algo totalmente opuesto. Cada detalle de su alrededor lo impactaba vívidamente, ya fueran los coloridos patrones del mármol bajo sus pies, o la franja escarlata en la túnica de algún joven Caballero Jedi. Era como si la invitación a unirse al Consejo le hubiera dado nuevos ojos. Una nueva forma de ver el mundo, una en la que sin duda alguna, pasaría el resto de su vida aprendiendo a entender.

El Consejo, se dijo a sí mismo. Por la Fuerza, el Consejo.

Tal vez otro Jedi hubiera sucumbido al júbilo, o incluso a la tentación del orgullo. Pero Qui-Gon estaba hecho de materia más dura. Además, no podía sentirse completamente feliz cuando consideraba la situación de Obi-Wan.

Había comenzado a creer que no eran una buena pareja como maestro y estudiante. La razón principal por la que Qui-Gon no había solicitado una transferencia anteriormente era porque sabía que Obi-Wan se sentiría herido, y se echaría la culpa a sí mismo. La invitación del Consejo haría que la transferencia tuviera menos carga personal, que fuera más bien práctica. Obi-Wan sería asignado a algún maestro que le pudiera servir mejor.

¿Entonces por qué la idea llenaba a Qui-Gon con un profundo sentimiento de pérdida?


Escrito por: Claudia Gray.
Traducido por Mario A. Escamilla.
Original de QUI-GON JINN PONDERS A SEAT ON THE JEDI COUNCIL IN MASTER & APPRENTICE – EXCLUSIVE EXCERPT


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