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jueves, 14 de febrero de 2019
Intermedio en Corphelion
Un grupo de cometas pendía justo encima del domo de observación, sus cabezas luminosas estaban dispuestas en forma de una flecha doble irregular, sus largas colas pintaban el cielo oscuro de plateado esplendor. Los más grandes estaban avanzando visiblemente a traves del espacio, y uno de ellos, un gigante brillante con una cola trenzada que parecía extenderse por toda la mitad del sistema, estaba rápidamente creciendo hasta tener el tamaño de un melón hubba. El paisaje era tal y como se anunciaba, la vista perfecta para una luna de miel, y Han Solo podía deducir por el parloteo de otros trescientos seres que abarrotaban el pequeño piso de observación que todo el mundo opinaba lo mismo.
Al lado de Han estaba Leia, vestida de manera cómoda pero a la moda en un doblete sin mangas y un par de pantalones zoosha bastante ceñidos que Han encontraba especialmente seductores. Sus ojos cafés estaban fijos en el patio por debajo de ella, y en su cara mostraba una expresión cordial diplomática que era más una máscara que una sonrisa.
Detrás de ellos, un enjambre de Kubaz zumbadores salía del turboelevador y pasaba haciendo comentarios agudos sobre bloquear el acceso al piso de observación.
"Perdona por esto", dijo Han a Leia. Una parada para visitar los Cometas de Corphelion le había parecido una manera romántica de empezar su luna de miel, al menos hasta descubrir que era la temporada alta y que todos los hoteles del asteroide estaban sobrevendidos. "Creo que el domo privado tampoco es muy privado."
"No me importa, mientras estemos aquí juntos." Leia tomó la mano de Han y comenzaron a bajar unas escaleras de madera oscura. "Ahí hay un par de divanes vacíos en el medio. Una vez que nos sentemos y ordenemos una bebida, no nos daremos cuenta del ruido."
"Claro. Una Nebula Rosa suena bien." Avanzar a codazo limpio no era precisamente la manera romántica en la que Han había esperado empezar su matrimonio, pero las cosas estaban a punto de mejorar. Alrededor de Leia las cosas siempre mejoraban. "Tal vez el droide de servicio tenga audífonos o algo así."
A mitad de la calera un brillante resplandor estelar llenó el cielo. Los Solo se detuvieron para mirar y vieron un cometa gigante separándose en un par de gemelos espectaculares. Toda la gente del patio enmudeció.
"Esto me empieza a gustar," dijo Han.
Los gemelos empezaron a separarse, sus colas cruzándose entre sí mientras uno de ellos se enfilaba hacia el resto de los Corphelions. El otro continuó viajando en la oscuridad por encima del domo. Finalmente cuando la cabeza parecía tener el diámetro de poco más de un metro, un murmullo de ansiedad empezó a correr en el patio.
Leia se volvió hacia el. "Tal vez deberíamos regresar al Halcón."
Han la tomó del brazo. "No tan rápido." El continuó estudiando el cometa, o mas bien la oscuridad alrededor de sus orillas, mirando como su cabeza empezaba a oscurecer de manera rápida y constante las estrellas distantes. "¿Yo pensé que querías ver a los cometas Corphelions?" "No tan cerca, Han."
"Relájate." Tal y como el esperaba, las estrellas de la esquina inferior izquierda se empezaban a desvanecer a gran velocidad; y aquellas en la parte superior derecha desaparecían solamente de dos en dos. "Todo está bajo control."
"Ya me dijiste eso antes," objetó Leia. "¿Estás seguro que no necesitamos regresar al Halcón?"
"Estoy seguro." Han le pasó la mano por el cuello. "Y esta vez lo digo en serio. Todo está bajo control, amor."
Leia miró a Han y luego al cometa que se aproximaba, luego de regreso a Han. Su expresión se volvió mas confidente y sonrió astutamente.
"Esta bien, muchacho volador." Tomó su brazo. "Mi vida está en tus manos."
Bajaron el resto de las escaleras tomados de la mano. El cometa había duplicado su tamaño durante los últimos segundos, su cola parecía un abanico que se curveaba a través de una cuarta parte del domo. Una pareja de corpulentos Bothans se levantó de su asiento, dirigiéndose a las escaleras, y fue el detonante para que el resto de la multitud empezara a escabullirse hacia las escaleras de evacuación dentro del asteroide.
Leia jaló a Han hacia un rincón tranquilo y lo abrazó con ambas manos. Mientras humanos y aliens continuaban amontonándose en las escaleras casi en estampida, cruzó sus dedos detrás del cuello de Han y lo miró fijamente a los ojos.
El corazón de Han empezó a latir más rápido.
"¿Como arreglaste esto?" preguntó Leia.
"¿Arreglar qué?" preguntó Han confundido.
Leía atrajo su cabeza hacia su boca. "El cometa." Paso su lengua cerca de su oreja y continuó en una voz sensual. "Vamos, muchacho volador, puedes decirme. ¿Fue Wedge el que te ayudó?"
"¿Wedge? ¿Crees acaso que Wedge esta allá afuera moviendo cometas?"
Leia mordió suavemente su lóbulo. Se sentía cálido y... bueno, maravilloso. "Lando, entonces. Tiene aquel remolque de asteroides, y este es su estilo. Espectacular y efectivo." Miró hacia el patio que ahora yacía desierto. "Y un poco astuto."
"Lando está ocupado en Nkllon." Han mantenía un ojo en el cometa. "Sabes eso."
"¿No me vas a decir?" Leia deslizó sus manos bajo la túnica de Han y jugueteó con sus dedos en su espalda. "¿Estas seguro?"
"Bueno, yo..."
Leia incrustó sus uñas en la piel detrás de sus hombros.
"Muy seguro," dijo Han. "Eso creo."
El cometa ahora parecía del tamaño de la luna de Endor, y Han estaba empezando a preocuparse de que su agudo ojo de piloto se estuviera debilitando. Las diferentes variaciones en las que el cometa estaba oscureciendo las estrellas sugerían que se estaba aproximando en un ángulo, pero a menos que las estrellas de la derecha dejaran de desaparecer, y pronto, el cometa no podría dejar de atinarle al asteroide donde se encontraban.
"Hum, ¿Leia?"
"No, he cambiado de opinión, Han." Leia bajo sus manos y aún con un brazo alrededor de la cintura de Han, se volteó para observar el cielo. "No quiero saber como arreglaste esto."
"Pero..."
"Shhh." Leia tocó sus labios con un dedo. "Solo quiero mirar. Me hace desear que puedo olvidar todo en Coruscant y quedarnos aquí por siempre."
"¿Quieres decir que...?" El cometa se aproximaba y parecía del tamaño de un bantha. Han miró hacia las escaleras vacías, tratando de estimar cuanto tiempo tendría antes de revelar su verdadero secreto, que había calculado mal la trayectoria del cometa, para salir corriendo hacia los módulos de evacuación. "Bueno yo podría arreglar eso."
Leia recargó su cabeza en su hombro. "Si tan solo pudieras."
"Oh, yo podría..." El cometa se hizo tan brillante que iluminó todo el domo y ya no había estrellas visibles a su alrededor. Decidiendo que las cosas ya se empezaban a poner peligrosas, Han jaló a Leia fuera de la esquina. "De hecho..."
Finalmente el brillo de la cabeza empezó a descender y el cometa entero empezó a cambiar su trayectoria, lejos del asteroide. Han suspiró con alivio, y puso su mejor sonrisa antes de voltearse con Leia.
Leia parecía intrigada. "¿De hecho qué, Han?"
"De hecho..." Han esperó a que el cometa pasara sobre sus cabezas hacia el otro lado del domo para decir, "Vas a estar realmente impresionada con lo siguiente que he arreglado."
Leia levantó una ceja. "¿Estás muy seguro de ti mismo, no?"
Han asintió. "Tengo una razón para estarlo."
El asteroide atravesó por la cola del cometa y millones de pequeños granos de arena explotaron contra el escudo de partículas del hotel. El espacio encima de ellos se llenó de un velo deslumbrante de pequeños destellos.
"Muy bien, estoy impresionada," dijo Leia. "Realmente impresionada."
"Eso no es nada," dijo Han. "Me refería a esto."
Han acercó a Leia y junto sus labios con los de ella. Ella se acercó mas y regresó el beso de manera apasionada, y así se mantuvieron hasta que un gran aplauso por encima de las escaleras los interrumpió.
Han abrió un ojo, encontrando una audiencia de admiradores de cometas observándolos desde arriba, y terminó el beso. "¿Leia?"
"¿Si, Han?"
"Después de todo, tal vez deberíamos regresar al Halcón."
Leia tomó su mano y se dirigió a las escaleras. "Han, pensé que nunca ibas a decirlo."
Star Wars: Intermedio en Corphelion por Troy Denning. Copyright © 2003 por Lucasfilm Ltd. y TM. Todos los derechos reservados. Traducida por Mario A. Escamilla.
El original se encontraba en: http://www.randomhouse.com/delrey/starwars/.
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