En el segundo extracto de la novela Star Wars: Shadow Fall de Alexander Freed, los pilotos Chass y Nath juegan sabacc mientras esperan ser llamados a combatir. Pero, por supuesto, hay mucho más en juego que una competencia amistosa...
La novela se estrena en Estados Unidos el 23 de junio.
"¿Bombarderos en posición?"
"Esperamos que la diversión comience," dijo Nath Tensent en su comunicador, aunque mientras lo decía le pareció que era lo menos divertido que había hecho en semanas. Envió sus coordenadas a la Lodestar, recargándose en su asiento mientras el Y-wing retumbaba a su alrededor. "¿Qué hay de ti, Chass?"
"Sabes que estoy en posición. Puedes verme flotando a estribor," respondió ella. "Soy el punto que no se ajusta al viento."
La pantalla de Nath parpadeó y leyó el comentario de T5. El droide astromecánico tenía una imaginación muy sucia. Sonrió y evitó compartir el mensaje por el bien del oficial de control de vuelo. "Solamente avísanos cuando tengas trabajo para nosotros. Mantendremos la vista en el escudo," dijo, y dejó de transmitir a tierra.
Para ese entonces, Wyl y Quell se dirigían a la capital, a altura lo suficientemente baja como para deslizarse debajo del escudo de energía y dirigirse a los generadores. Hasta que el escudo se apagara, no había mucho que Nath o Chass o el Escuadrón Granizo pudieran hacer, sus naves de asalto no tenían la velocidad o agilidad necesarias para seguir al A-Wing y al X-Wing, y el enemigo no era lo suficientemente estúpido como para mandar refuerzos fuera de su zona de protección.
Así que esperaron.
"¿Estás escogiendo tus canciones?" preguntó Nath.
Pudo escuchar el mal humor en el tono de Chass: "¿Cuánto tiempo crees que me toma?"
"¿Entonces no estás ocupada? Tengo un mazo de cartas..."
"¿En serio?"
"Claro."
"¿Y tienes la paga de una semana para poder apostar?"
"Claro," repitió Nath.
Su paga no era la misma que la de Chass, pero ella no necesitaba saberlo. Caern Adan aún estaba rellenando los bolsillos de Nath, como había sucedido desde la fundación del grupo.
Originalmente, Adan había tratado a Nath como su agente personal, ofreciendo depósitos regulares de créditos a cambio de algún trabajo ocasional. Ahora que Adan tenía toda una división trabajando para él, ambos entendieron la nueva situación sin necesidad de hablar sobre ello: los pagos de Adam servían tanto para mantener a Nath en silencio como para mantenerlo en el escuadrón.
Nath había averiguado cosas sobre Yrica Quell que Adan quería mantener en secreto. Nath no tenía problemas con ello. Podía hacer buen uso del dinero extra.
Nath sacó un mazo de debajo de su asiento. Chass y él jugaron una mano lenta e incómoda de sabacc abierto, parando ocasionalmente cuando alguien anunciaba algún progreso en tierra. "¿Que tal si hacemos una apuesta secundaria?" preguntó. "¿Que tal si el gobernador nos tiene una sorpresa esperando?"
Chass se rió tan alto que la bocina de la cabina comenzó a crepitar. "Por supuesto que la tiene. No hay necesidad de apostar."
Nat se encogió de hombros y se rascó detrás de la tira de ajuste de su barbilla. Chass no era la más brillante del escuadrón, pero no era tonta. "¿Cuál es tu predicción? ¿Sobre la batalla completa?"
"Mi predicción es que Wyl y Quell están volando hacia una tormenta de fuego. Recibirán algunos raspones, aun así derribarán los generadores del escudo, y para cuando nosotros lleguemos, será un vuelo fácil. Obviamente, será una carnicería para las tropas de infantería."
"Obviamente," a Nath le caían bien las tropas de la Sesenta y Cuatro, pero había aprendido incluso antes de unirse al ejército, que la infantería no sobrevive por largos períodos. Era la razón por la que había escogido a la marina en vez del ejército. "Supongo que en unas cuantas horas, el planeta será nuestro. Tal vez entonces Quell o Adan nos digan sus planes."
Notó la incertidumbre en su silencio antes de su respuesta incómoda. "Claro."
Eso era interesante.
"¿Crees que seguirán ocultándolo?" preguntó. No era una pregunta que le pareciera importante, pero era un disparo en la oscuridad.
"Probablemente," dijo Chass.
Nath repitió mentalmente la conversación en su cabeza y sonrió. "¿No quieres volver a ver a la Shadow Wing, verdad?"
Chass maldijo. Nath silenció su transmisión y respondió a un mensaje desde tierra antes de volver a captar su señal. "...no sabes de lo que estás hablando."
"Claro que lo sé," dijo. "No te preocupes. La verdad es, creo que Wyl tampoco quiere volver a encontrárselos."
"¿Te lo dijo?"
"Wyl es un buen chico. Será un comandante decentemente bueno si tiene la oportunidad. Pero no es difícil leer sus sentimientos."
Chass emitió un bufido, aunque no dijo nada. Nath consideró compartir lo que Wyl le había dicho, pero decidió mantener la confianza del chico. Habían pasado toda una tarde discutiendo sobre el asunto, Wyl expresó su gentil frustración con la operación en Troithe hasta que se hizo bastante obvio que estaba preocupado por evitar otro desastre como Pandem Nai. Estaba preocupado sobre el costo de otra victoria.
Pero Nath asumió que el terror también jugaba una parte en la falta de entusiasmo de Wyl. Wyl no era cobarde, pero era humano. Si no quería volver a enfrentar a la Shadow Wing, por supuesto que lo justificaría como parte de su preocupación con los planes.
Se preguntó si podía hacer que Chass confesara. Era la última en el escuadrón de la que esperaba tuviera reservas, incluso si había superado su deseo de morir, era totalmente seguro que no había perdido su resentimiento contra la Shadow Wing.
Antes de que pudiera decir algo, ella habló. "¿Qué hay de ti?"
Consideró la respuesta antes de decir, "Obtuve mi venganza, y esos bastardos casi me matan dos veces. Tampoco lo deseo."
Dejó fuera las partes que ella no necesitaba saber: Que era divertido obtener una pila de créditos por poco trabajo mietnras la Nueva República reclamaba territorio; que estaba obteniendo placer en dar soporte aéreo a tropas que luego clamaban su nombre y le invitaban tragos y hacían alboroto cuando aterrizaba. Tomar la capital era un riesgo. Atrapara a la Shadow Wing sería mucho trabajo.
"Bueno," dijo Chass. "Tal vez echemos a perder esta misión y no tengamos que preocuparnos más de ello."
Nath hubiera respondido, pero otra transmisión entró primero.
La gente estaba muriendo ahí abajo. La batalla había comenzado.
"¡Bombarderos! ¡Avancen! ¡Avancen!"
La voz de la General Syndulla se oyó por el comunicador, sobresaltando a Chass. Se ajustó en su asiento, checó su ángulo y encendió sus motores antes de que Nath le dijera, "¿Estás lista?"
"Seguro," dijo Chass. "Mientras nadie trate de derribarme, estaré bien."
"¿Cómo va el resto de tu escuadrón?" preguntó Nath.
El B-wing rebotó al tiempo que Chass ajustaba el giroscopio, había mantenido la cruz levantada mientras sostenía su posición frente al viento, pero para volar, era mejor la posición horizontal. Comenzó un largo descenso en espiral a través de las nubes, hacia la capital. Nath y los Y-Wings del Escuadrón Granizo estaban detrás de ella ahora, pero de acuerdo al plan de vuelo, la sobrepasarían una vez que descendieran hasta la altitud del escudo.
Se preguntaba si algo malo había pasado cuando escuchó la voz de Quell decir, "Lark y yo estamos bien y en ruta para escoltarlos. Kairos proveerá cobertura a los equipos en tierra."
"Grandioso," dijo Chass. "Trataremos de no volarla en pedazos."
Cuando las nubes se rompieron la ciudad se hizo visible y Chass presionó un botón. El tamborileo rápido de una cantante de folk político de Loletia llenó la cabina. Los Y-wings la siguieron y se balanceó con la brisa y la canción, los primeros torpedos de protones y las bombas guiadas con láser cayeron rumbo a coordenadas preasignadas como estrellas de Cerberon cayendo del cielo.
Pronto Chass estuvo suficientemente cerca para ver la devastación. Pronto estaría escogiendo blancos y evadiendo fuego mientras intentaba no acribillar a sus propias tropas en el piso. Podría olvidar la conversación con Nath, él había dado un resoplido. ¿No quieres volver a ver a la Shadow Wing, verdad? Pero estaba equivocado al respecto, no era la Shadow Wing lo que la aterraba tanto como lo que vendría después.
El B-wing brincó cuando una bomba de protones fue lanzada.
Por ahora, haría lo que sabía mejor. La única cosa para la que había sido hecha.
Escrito por Alexander Freed.
Traducido por Mario A. Escamilla.
Original de The Pilots of Alphabet Squadron Enjoy Sabacc Before the Storm in Shadow Fall – Exclusive Excerpt
No hay comentarios.:
Publicar un comentario