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domingo, 8 de marzo de 2020
Queen's Peril - Primer Extracto
Este verano veremos un regreso detallado a los días de la República Galáctica con el lanzamiento de Queen's Peril, una novela juvenil enfocada en la reina adolescente de Naboo. La novela presenta a la autora E.K. Johnston de regreso a la era de las precuelas como su anterior novela, Queen's Shadow, en donde continúa explorando el personaje de Padmé Amidala, la mujer que un día se convertiría en la madre de Luke y Leia Skywalker. Este nuevo libro es una precuela a Queen's Shadow, que se enfoca en la transición del personaje de Reina de Naboo a miembro del senado Galáctico.
"Lo que es cierto sobre Padmé es que siempre supimos que estaba condenada," dijo Johnston en una entrevista sobre su nuevo libro. "Ella no lo sabe, obviamente. Pero nosotros sí. Y aun así nos enamoramos de ella. Mientras su historia se vuelve cada vez más oscura, sigue peleando. Cada día, se levanta y pelea contra la oscuridad. Usa su intelecto. Usa su influencia. Y ocasionalmente, usa un bláster. Eso significa mucho: alguien que se levanta por las mañanas y trata de dar lo mejor de sí para cambiar el mundo. Queen's Peril nos muestra el inicio de todo eso."
La novela se pondrá a la venta en Estados Unidos el 2 de junio de 2020.
En retrospectiva, tal vez no debío haber conocido por primera vez a Tsabin cuando era Reina. Tuvo sentido en ese entonces. Padmé tenía juntas en la mañana con varios oficiales y empleados de palacio, y cuando Panaka anunció que era hora de su última junta de la tarde, Padmé se había mantenido dentro de su papel.
Así que Tsabin la había conocido como una monarca fría y distante, y no como alguien que iba a conocerla como su segunda piel.
A su favor, Padmé se dio cuenta de su error tan pronto como Panaka terminó de presentar a las chicas entre ellas.
"Gracias, Capitán," dijo Amidala. "Eso será todo por ahora."
Panaka se sorprendió de haber sido despedido; no estaría en turno hasta el siguiente día, pero se tragó sus protestas y las dejó solas. Ambas se miraron entre sí en un silencio incómodo. Los ojos de Padmé miraron de reojo a los guardias, quienes pretendían no estar ahí. Aún no los conocía bien, así que no sabía que tan discretos serían. Nunca la acompañaban a sus habitaciones donde dormía. Y recordó que había dos sillas ahí.
"¿Caminas conmigo?" dijo, levantándose y alzando un brazo.
Tsabin asintió y caminó a su lado. Padmé guió el camino hasta su recámara y cerró la puerta detrás de ellas.
"Esto es más complicado de lo que imaginé," dijo. "Por favor, toma asiento."
Tsabin obedeció. De hecho, hasta el momento, había sido muy dócil, y su cara no había mostrado emoción alguna. Padmé podía entenderlo completamente.
"Las Doncellas Reales son asignadas tradicionalmente a una reina para servirle en su menaje personal," dijo Padmé para empezar. "No se si el Capitán Panaka te dijo lo mismo que me dijo a mí, pero no es exactamente lo que estoy buscando."
"El capitán dijo que está buscando una guardaespaldas, pero no del tipo común," dijo Tsabin. "No la defendería con mi bláster. La defendería con mi identidad."
"Ningún monarca ha tenido un guardaespaldas de ese tipo desde la última disputa con los Gungans, y eso fue hace muchas generaciones," dijo Padmé. "Y aún no estoy completamente segura de que tengamos una razón para regresar a esas prácticas."
"Mi impresión es que el Capitán Panaka es de esas personas que siempre piensan 'no veo porque no'", dijo Tsabin.
Permanecía sentada rígidamente en la silla. Padmé se dejó caer en su propio asiento, y miró con satisfacción como los hombros de Tsabin se relajaron.
"Estoy de acuerdo," dijo Padmé. "Pero no veo que haya nada de malo en seguir su consejo."
"O," sugirió Tsabin, con un dejo de travesura en su voz, "dejarle pensar que obedecemos la mayoría de sus consejos."
Padmé no intentó detener la sonrisa que contagió su cara. No era por naturaleza una persona engañosa, pero entendía la necesidad de ocultar sus cartas.
"Mi nombre es Padmé," dijo. Era la muestra más grande de confianza en la que podía pensar. Debería ser suficiente.
"Es un placer conocerla," dijo Tsabin, finalmente mirándola con una expresión incauta.
Padmé se recargó más en su silla. Aventó sus pantuflas y cruzó sus pies frente a ella, sus rodillas se posaron sobre los descansabrazos.
"Ya he cambiado un poco los planes del capitán," dijo. "Pensó que una sola guardaespaldas sería suficiente, pero lo he convencido de que un grupo es una mejor idea."
"Porque es más fácil esconderse," musitó Tsabin. "¿Sabe quienes?"
"Aún no," dijo Padmé. "Apenas lo discutimos ayer. Pero te ha encontrado, y estoy segura que tuvo otras personas en mente al momento de traerte aquí."
"Le seremos leales a usted, no a él," dijo rápidamente Tsabin. "Me han dado alojamiento en las barracas, con los demás guardias, y no creo que sea una buena idea."
Padmé no había pensado en ello.
"Me ha reclutado porque soy buena dando apoyo. Es lo que siempre he hecho en los grupos a los que he pertenecido. Pero no creo que sea todo lo que puedo ofrecer," dijo Tsabin. Cuando Padmé permaneció en silencio, continuó, "las intérpretes de Hallikset pasan años perfeccionando su control de la respiración, aún cuando se trata de un instrumento de cuerda. Es parte de la disciplina, pero también ayuda a mantener la pureza del sonido. Puedo respirar sin que nadie se de cuenta, lo que significa que puedo controlar mi cara y mis reacciones."
"Me preguntaba como lo hacías," dijo Padmé. "Eres muy buena."
"Puedo enseñarle," dijo Tsabin inmediatamente. Esto iba a ser más divertido de lo que Padmé había pensado. "Es posible que todos tengamos diferentes reacciones instintivas a las cosas, pero si ambas aprendemos la misma forma de ocultarlas, nadie podrá darse cuenta."
Platicaron un poco más sobre ellas, conociéndose más a fondo. Un droide les trajo la cena, y el sol se ocultó, sin que ninguna de ellas se preocupara. Tsabin comprendía rápidamente las ideas de Padmé, y era aún más rápida en ofrecer sugerencias para mejorarlas. El plan no era perfecto en absoluto, pero era un buen comienzo.
"Es lo más que podremos hacer antes de tener a las demás," dijo Padmé. "No tiene caso en montar todo hasta que no tengamos a todas las participantes."
"Al menos, mientras puedo enseñarle los ejercicios de respiración," dijo Tsabin.
"Permite que llame primero a un droide," dijo Padmé, tomando la decisión a nombre de ambas. "No te quedarás en las barracas."
Escrito por E. K. Johnston
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de How 'Star Wars: Queen's Peril' Retells Origins of Padmé Amidala
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