Siempre supimos que Han Solo era un renegado, un piloto talentoso que prefería volar con sus propias reglas y para su propia ganancia.
Cuando la escritora Mur Lafferty nos entregue su novelización de Han Solo: Una Historia de Star Wars, tendremos un vistazo aún mejor a los eventos formativos que moldearon al joven sinvergüenza.
En este extracto exclusivo, Han se mete en problemas con la Armada Imperial y se enfrenta a un tribunal militar.
"¡Escuadrón Ónix, mantengan formación!"
Han conocía esa voz y escucharla siempre lo hacía apretar los dientes.
El Oficial de Vuelo Ubbel les demandaba constantemente ir a la segura. Han creía en su interior que si Ubbel hubiera estado a cargo, todo el Imperio consistiría uno de los pequeños rascacielos de Coruscant en vez de toda la galaxia.
"¡Puedo acabar con ellos más rápido que el resto del escuadrón!" gritó Han.
"Negativo, negativo, Ónix Nueve, ¡regrese a su posición!"
A Han de hecho le caía bien Ónix Dos, su compañero cadete Lyttan Dree. Aunque el número de cadetes a quienes le caía bien iba en franca descendencia. Su carisma natural los atraía... pero entonces se daban cuenta que estar cerca de él reducía sus posibilidades de escalar posiciones. Dree, u Ónix 2, lograba ser un buen piloto, ser amigo de Han, y aún así seguir las reglas. Han siempre había intentado preguntarle cómo lo lograba, y ahora probablemente nunca tendría la oportunidad.
Han abandonó la formación y persiguió a los Headhunters, sintiéndose más libre ahora que podía volar hacia donde quería y que no se preocupaba del resto de la formación. En teoría, podía entender la necesidad de estar en formación, pero en la práctica siempre prefería preocuparse solo por sí mismo y su propia nave.
Aceleró, mirando como los invasores rodeaban a Ónix 2 mientras el trataba de sacudírselos. El casco de Han chilló de nuevo, mientras bajaba el volumen del audio cuando el líder Ónix le gritaba que regresara a la formación. Entonces su droide le empezó a reclamar.
Los droides Imperiales eran lo peor. Los Gusanos Blancos nunca habían necesitado de droides, entonces Han no había crecido con droides merodeando a cada paso, siempre con una cortesía que lo hacía enfurecer, mientras le decían todos sus errores.
El cerebro de su nave, MGK-300, era uno de esos droides. Pensaba que como estaba integrado directamente a su nave, sabía más que Han sobre la nave.
Han ya estaba harto de la supuesta ayuda de MGK, pero aún le molestaba que lo regañara furiosamente para decirle que el escuadrón se hacía más débil con sus acciones.
Han lo ignoró. Si el droide no le estaba comentando algún problema de la nave, no veía la necesidad de escucharlo.
Logró tener a uno de los atacantes en su mira y disparó, fallando levemente, pero aun así destruyendo una de sus alas. Las naves se separaron, una siguió persiguiendo a Ónix 2 y otra se volteó hacia Han.
Ahora podía ver para qué era necesaria la formación. Han se dio la vuelta, regresando, y se encontró de frente con sus compañeros cadetes volando hacia ellos. Se inclinó y pasó debajo de ellos mientras disparaban. Lanzó un grito de apoyo, pero en ese momento sintió como la nave se tambaleaba mientras algo detrás de él explotaba.
Su Infiltrador comenzó a dar vueltas. Han intentó controlarlo, tratando de ignorar los chillidos y pitidos que sonaban detrás de su cabeza.
"Si," dijo, "¡ya se que perdimos los motores traseros! ¡Gracias!" La nave giraba sobre su eje, el universo daba vueltas como loco alrededor de él, mientras la bahía de aterrizaje del Star Destroyer se hacía más grande.
MGK lanzó un pitido y Han supo que se trataba del protocolo de emergencia, que esencialmente significaba darse por vencido. Negó con la cabeza. "¡No eyectaré! ¡Puedo regresar a la bahía de aterrizaje!"
El droide le hizo saber su desacuerdo, pitando y chillando cada vez más fuerte mientras empezaba a sentir pánico.
Las máquinas lo distraían, lo irritaban y eran inútiles. ¿Cómo podía alguien volar con un criticón siempre hablando? "¿Sabes qué?" preguntó, al tiempo que activaba un interruptor de emergencia para desactivar al droide. MGK ya no podía distraerlo y finalmente pudo concentrarse.
Como si el droide quisiera tener la última palabra, el panel de control echó chispas cuando tocó los interruptores. Sintió dolor en la mano y gritó, sacudiéndola. ¿Lo había hecho MGK a propósito? No podía decirlo. Y no tenía caso preguntárselo, porque la bahía de aterrizaje estaba cada vez más cerca.
Tuvo problemas para mantener el control y desacelerar. En el último momento posible, giró hacia arriba la palanca de mando, logrando entrar a la atmósfera artificial de la bahía de aterrizaje limpiamente, sin golpear ninguno de sus lados, lo cual Han consideró bastante impresionante. Su nave golpeó el piso y rebotó, haciéndolo golpear tres cazas TIE que estaban enganchados a la nave. Su quijada golpeó el panel de control y vio estrellas, preguntándose brevemente si había volado a través de la nave de regreso al espacio. Entonces escuchó las alarmas y recordó donde estaba.
Nadie resultó impresionado con el hecho de que había salvado la vida de Ónix 2.
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La cara redonda del Comodoro Almudin parecía eclipsar al resto del tribunal. Otros tipos de aspecto importante estaban ahí, pero Han solo podía ver la cara ridícula, aún cuando intentaba tomarlo en serio. El comodoro le ganaba en rango (de hecho, todos en el tribunal tenían rangos superiores a él), y existía el rumor de que había mostrado un impresionante nivel de vuelo en sus días. Pero ahora, solo volaba en un escritorio y tenía el nada emocionante trabajo de pasar sentencia a los pilotos reales en tribunales militares.
La quijada de Han aún pulsaba de dolor por la curación rápida que el droide médico había realizado a su cortada, e ignoró otros dolores de su aterrizaje forzoso mientras intentaba mantenerse derecho.
Pero la cara del oficial lo irritaba.
Los otros oficiales en el tribunal, dos mujeres y un hombre, aparentaban estar aburridos y contrariados, como si en sus mentes Han ya hubiera sido sentenciado a muerte y solo estuvieran esperando la hora del almuerzo.
"Cadete Solo," dijo el comodoro, como había dicho antes, con ese tono de poco menos que disgusto. "Aún no puedo decidirme si usted es valiente o estúpido."
Han se encogió de hombros. "Quisiera pensar que un poco de ambos, señor." Hizo una pausa. Nunca podía acordarse de los nombres de los rangos. ¿No era este hombre un Moff? Era mejor cubrir todas las bases. "Digo, Moff." La cara del hombre no se movió. "Señor Moff."
Eso finalmente le colmó la paciencia. Frunció el ceño y dijo, "es 'Comodoro', y si crees que tener una actitud de sabelotodo es lo correcto, estas gravemente equivocado."
"¿Por qué no nos cuenta que sucedió allá afuera?" continuó, indicando una pantalla que se había encendido. Estaba flanqueada por dos guardias Imperiales, los tenientes Tag Greenley y Bink Otauna. En una ocasión, Han había intentado hacerse amigo de ellos, pero resultaron ser unos completos buenos para nada, y Han empezó a evitarlos antes de que alguien resultara muerto. Aun así, necesitaba de todos los amigos posibles. Volteó a verlos, los saludó levemente y les mostró una sonrisa. Lo miraron secamente y no dijeron nada.
La pantalla le mostró a Han su propia nave, dejando la formación para perseguir a los atacantes. Sintió un destello de orgullo, como siempre lo sentía cuando podía observarse de lejos, y ver lo libre que podía ser. Se dio cuenta que solo estaba admirándose, se aclaró la garganta y apuntó en dirección general hacia donde Ónix 2 estaba siendo perseguido.
"Ónix Dos estaba siendo rodeado por Headhunters." Había incluido todo esto en su reporte. No tenía idea de porqué necesitaba repetirlo si ya tenían toda la información en el expediente. "Si hubiera seguido la orden del Comando y regresado a la formación en lugar de ir hacia ellos, eh, estaría muerto ahora."
El tribunal era ridículo. ¿Acaso no podían ver que había salvado a su segundo al mando?
"No hay lugar para maniobras heroicas de un renegado en la Armada del Emperador."
Han levantó sus manos, como evitando un cumplido. "Créame, no tengo interés en ser un héroe, Comodoro, lo que yo..."
El comodoro lo interrumpió abruptamente. "Bueno, felicidades. No eres un héroe. Este tribunal, yo en particular, lo encuentra culpable de desobedecer una orden directa, así que de ahora en adelante será reasignado a la infantería. Repórtese de inmediato para ser transferido a Mimban."
No estaba siendo expulsado. Una sensación de alivio lo inundó. Sonrío. "Está bien. Pensé que iba a ser mucho peor." Sacudió la cabeza y preguntó, "y usted, ¿cuándo calcula que estaré volando de nuevo?"
El Comodoro Almudin sonrió, y no había nada amigable en su sonrisa. "Oh, lo tendremos volando en muy poco tiempo."
Escrito por Mur Lafferty.
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de HAN VERSUS A MILITARY TRIBUNAL IN THE NOVELIZATION OF SOLO: A STAR WARS STORY – EXCLUSIVE EXCERPT
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