miércoles, 11 de julio de 2018

Tercer extracto de la novela Thrawn: Alliances

Padmé Amidala jamás ha evitado una lucha, ya sea negociando en el senado con sus palabras o en la arena con un blaster en la mano. Y cuando el autor Timothy Zahn publica la continuación de la exitosa novela de Thrawn, incluirá una aparición de la ex-reina de Naboo, regresando a los reflectores en una misión al lado de Anakin y el mismo Thrawn en la novela Thrawn: Alliances.

En el siguiente extracto encontraremos a Padmé visitando el planeta Baatu (el cual podremos visitar en los parques de Disney a partir de 2019) para investigar la desaparición de un viejo amigo...

Póster exclusivo de la versión de Barnes & Noble de la novela Thrawn: Alliances

La nave de Duja, de la cual Padmé nunca había averiguado el nombre, pero su transmisor de identificación la nombraba "Posibilidad", era pequeña y estrecha, totalmente inofensiva para el observador casual.

Pero ese observador estaría equivocado. La nave tenía escudos adicionales, un par de cañones láser en el frente y otro más en la parte trasera, y un par de torpedos de protones de alto calibre. Era más un pequeño caza que un simple transporte, y había evadido a la patética policía de Batuu con gran facilidad.

Y debería tener, pensó aburrida dentro de la cápsula de escape, un final espectacular.

Aún no sabía como el droide buitre la había interceptado. Había girado hacia Mokivj tan pronto como llegó al sistema, cruzó las enormes planicies, los matorrales y lagos a la menor altitud posible. Combinado con el tamaño pequeño de la Posibilidad, debió haber sido suficiente para evadir cualquier patrulla cerca de las coordenada de Duja. Claramente, no había funcionado. El buitre la había impactado y ella nunca se dio cuenta. Aparentemente, la policía de Batuu le había hecho más daño del esperado. Apenas pudo escapar a tiempo en la cápsula antes de que la nave se comenzara a desmoronar

Y ahora, mientras caía con velocidad controlada hacia las colinas debajo, veía múltiples partes de la Posibilidad describir arcos flamígeros hacia el lejano horizonte.

Como el mismo Duja, la nave había enfrentado su desafío final y había perdido. Ahora le correspondía a Padmé vengarlos a ambos.

Aunque eso se iba haciendo cada vez menos probable. Los fragmentos de la Posibilidad estaban aún en llamas cruzando por el aire, y ella podía ver unos cuantos droides buitre acercándose en el horizonte. Aún no habían descubierto su cápsula entre los restos de la nave, pero tan pronto entraran los motores de la misma, probablemente serían capaces de distinguir el cambio de trayectoria.

Aún si no lo hicieran, el terreno debajo de ella no ofrecía esperanza de escape. La colina estaba cubierta de piedras, pasto y arbustos, sin posibilidad de cobertura en varios kilómetros a la redonda. Había un destello de luz en el rio que bajaba por la colina; podía ver los arbustos moviéndose con la brisa pasando la colina...

Su respiración se detuvo. El río.

Sería arriesgado, pero era la única opción que tenía. Mirando por última vez a los lejanos droides buitre, posó sus manos en los controles y puso manos a la obra.

La cápsula de escape tenía el rango normal de maniobras que le permitiría a un pasajero arribar a sitios de aterrizaje. Pero al igual que los motores repulsores, usar los propulsores podría atraer la atención de los buitres. Afortunadamente, el río estaba casi por debajo de ella, y solo le tomó unos cuantos ajustes para lograr el vector deseado. Miró como el rio se acercaba a ella, mientras intentaba calcular el punto medio entre evitar ser detectada por los droides y entre no romperse la espalda con el impacto. Cincuenta metros... cuarenta... treinta... diez... Preparándose para el impacto, presionó el control de los repulsores.

La desaceleración programada fue más intensa de lo esperado, provocando que fuera lanzada hacia atrás a su asiento con una fuerza gravitacional abrupta. Aún así, la cápsula golpeó el río provocando una impresionante salpicadura, y miró el agua subir por las ventanillas al tiempo que la cápsula se hundía. Apagó los motores repulsores y dejó escapar un suspiro de alivio.

Nada la preparó para el instante en que los repulsores se activaron súbitamente.

Tomó de nuevo los controles, forzándolos a apagarse manualmente. Pero no fue suficiente. Incluso sin ellos, la cápsula hubiera salido a flote poco a poco. Pero probablemente eran una medida adicional de seguridad, que en circunstancias normales hubiera agradecido enormemente.

Pero aquí, una cápsula que salía a flote era algo que garantizaba su captura.

Miró el panel de control, buscando alguna inspiración, tratando de encontrar algún truco o un lastre que le permitiera burlar las medidas de seguridad y hundir la cápsula de nuevo. Pero los diseñadores de la cápsula claramente nunca habían anticipado esta situación en particular.

Lo que dejaba solo una oportunidad. Apretando los dientes, miró el nivel de agua en la ventanilla, y apretó los botones de la escotilla.

Por un instante, nada ocurrió. El agua continuó bajando de nivel al tiempo que la cápsula seguía su curso hacia arriba. Entonces, con un crujido de protesta, los servomotores lograron abrir la escotilla a pesar de la resistencia opuesta por la presión exterior.

Y con un fuerte murmullo, el río comenzó a inundar la cápsula.

Padmé jadeó al tiempo que el agua helada escurría sobre su torso y piernas, con menos temperatura de la esperada. El agua pronto cubrió sus pies, subió sobre sus pantorrillas y entumeció la piel debajo de sus pantalones sueltos. El ascenso de la cápsula aminoró y luego se detuvo; al tiempo que el nivel del agua llegaba a sus rodillas, la cápsula comenzó a hundirse de nuevo.

Volvió a presionar los controles, esperando que el agua no hubiera dañado los componentes electrónicos o echado a perder los motores. Pero la escotilla obedeció la orden y se volvió a sellar, deteniendo el influjo de agua. Mirando hacia arriba, intentó escudriñar el agua mientras continuaba hundiéndose, hasta quedar en un nivel fijo.

Miró los instrumentos. Los resultados eran ambiguos, pero parecía que estaba cuatro metros debajo de la superficie. Con suerte, sería profundidad suficiente para camuflar su presencia y evitar ser descubierta por los separatistas.

De hecho, con aún más suerte, probablemente podría usar la corriente para llegar hasta la planta de manufactura. La mayoría de los procesos industriales requerían una fuente constante de agua, y el río se dirigía hacia las coordenadas aproximadas de Duja.

En cualquier caso, hasta que saliera de la zona de búsqueda, no había otra cosa que pudiera hacer. Apagando todos los sistemas posibles, sacó sus pies de la zona inundada y se puso a esperar.

No estaba aquí para estar cómoda. Estaba aquí para asegurarse que Duja no muriera en vano.

Escrito por Timothy Zahn.
Traducido por Mario A. Escamilla.
Original de: Padmé is on a Mission in Thrawn: Alliances – Exclusive Excerpt




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