El viaje de princesa a icono rebelde comienza aquí.
Leia: Princesa de Alderaan, la esperada novela juvenil de Claudia Gray llega hoy mediante el Force Friday II, contando la historia de cómo Leia, a sus 16 años, descubre el papel de sus padres en la rebelión, y decide involucrarse también. En este extracto exclusivo, la princesa confronta a sus padres acerca de su postura ante el Imperio, pero Bail y Breha no pueden mirar más allá de su preocupación por la seguridad de Leia.
Después de aterrizar en Aldera a mitad de la noche, ella abandonó el espaciopuerto sin esperar a que la nave de su padre aterrizara. Bail Organa seguramente habría notificado al palacio de su llegada, así que Leia no se hacía ilusiones acerca de contarle primero a su madre su propia versión de los eventos. Solo quería unos cuantos momentos para hablar libremente, cara a cara.
Como lo había anticipado, tan pronto como entró a las habitaciones interiores del palacio, miró a Breha de pie en el gran salón, esperando. Sin duda había sido despertada por el mensaje, porque su cabello estaba suelto y caía libre sobre su espalda, y ella solo vestía una simple bata de terciopelo en lugar de sus usuales ropajes reales. Una débil luz dorada brillaba en la línea del cuello de la bata, dejando ver los pulmonodos detrás de ella. Nada de eso importaba tanto como la obsesionada y poco familiar expresión en la cara de Breha. Le tomó un momento a Leia reconocer esa expresión como incertidumbre, una emoción que nunca creyó que su madre sentiría.
"Leia." Breha le extendió una mano. "Mi hija, nunca debiste saberlo."
"Quería saberlo," insistió Leia. La mano de su madre estaba extrañamente fría, como si estuviera enferma o en shock. "¿Por qué no me lo dijiste?"
"Porque el conocimiento era peligroso, para ti, para mi, para tu padre, y para todos los que se han aliado con nosotros en esta lucha." Sacudiendo con tristeza su cabeza, Breha añadió. "Tienes que seguir adelante como si nunca te hubieras enterado de esto."
"¿Cómo se supone que debo hacer eso? Mamá, me has enseñado que el Imperio es maligno, que debo hacer algo acerca de ello..."
"Esto es diferente," dijo Breha. "No me preguntes cómo, pensando que puedes salir ganando. Tu sabes cómo."
Leia lo sabía.
Las anchas puertas del salón se abrieron de par en par, esta vez dejando entrar a su padre. Bail Organa había cambiado su ropa del atuendo gris y blanco al abrigo largo del virrey, aunque no era necesario para aparecer intimidante. "¿No pudiste esperar en el espaciopuerto?" le preguntó a Leia.
"Quería hablar con mi mamá," insistió Leia. Se dio cuenta que estaba sacando el labio interior y se detuvo: ya estaba muy grande para hacer pucheros. Si quería probar su punto, tendría que argumentar. "¿Quién empezó esto? ¿Donde comenzó?"
Sus padres se miraron, considerando silenciosamente lo que podían o no decir. Tenían una manera de comunicarse sin palabras, un entendimiento tan perfecto que a veces Leia pensaba que no necesitaban hablar en absoluto. Le había tomado mucho tiempo darse cuenta que no todas las parejas eran así, que no todos encontraban el tipo de amor que era como compartir almas.
Finalmente Breha respondió, "No lo comenzó una sola persona. Muchos de nosotros en la galaxia hemos visto la necesidad de tomar acciones, y comenzamos a tomar los primeros pasos por nuestra cuenta. Nos encontramos los unos a los otros. Aún seguimos aprendiendo a confiar entre nosotros. El trabajo que nos espera requiere la más extraordinaria confianza."
"El trabajo que nos espera," susurró Leia. "¿Qué significa eso?"
"Aún no lo sabemos." Bail tomó la otra mano de su esposa y la puso sobre su pecho. "Tenemos que estar listos para cualquier cosa."
Estaban determinados. Eran tenaces. Y tenían miedo. Ver su temor hizo que Leia creyera aún más en su coraje que cualquier otra cosa que pudieran haber hecho. Si ellos eran tan valientes, ella podía serlo también. "También puedo estar lista. Permítanme ayudar."
"Absolutamente no." Breha respondió con el tono de una madre, lo más cercano posible al tono de una reina. "El peligro que enfrentamos es demasiado grande."
"¿Acaso creen que no decirme las cosas me protegerá?" Sus padres podían ser valerosos, pero para Leia, también parecían cortos de vista. "Si a ustedes los descubren, ¿realmente creen que el Imperio no vendrá también por mi?"
Su madre emitió un ligero sonido de angustia en su garganta, casi un quejido. Bail apretó con más fuerza la mano de su esposa por unos silenciosos segundos antes de decir, "Lo harán. Lo sabemos. Podemos lidiar con el peso de esa certeza cada día. Y si vienen por ti, tienes que ser completamente inocente. ¿Entiendes, Leia? Si te interrogan... si te torturan..." Su voz se resquebrajó, y no pudo continuar.
Breha continuó la conversación. "Si realmente no sabes nada, ellos se darán cuenta tarde o temprano. Hay posibilidades, muy buenas posibilidades, creo, de que te dejen en paz. Probablemente sientan la necesidad de dejar a alguien de la casa real de Alderaan con vida, y si no tienes culpabilidad, podrían instaurarte como Reina y hacerlo parecer una transición normal del poder. Es el único escudo que tenemos para protegerte, Leia. No nos pidas destruirlo. De otra forma, no podríamos seguir adelante por otro día de esta lucha, y debemos perseverar. El destino de la galaxia entera está en juego. No te pondríamos en peligro por menos de eso." Las lágrimas se juntaron en los oscuros ojos de su madre, y Leia se sintió impotente al no poder confortarla. En su lugar miró como Bail abrazó a Breha y rozó su cabello negro con sus labios.
"Yo creí..." Las palabras sonaron más temblorosas de lo que Leia hubiera pensado. "Yo creí que ustedes dos se habían olvidado de mí. Pensé que me ignoraban sin ninguna razón."
"Sus padres inmediatamente voltearon hacia ella, los ojos abiertos con espanto. Bail sacudió su cabeza mientras decía. "Cariño, no. Nunca haríamos eso. Nunca."
Breha jaló a Leia y compartieron un abrazo familiar. "Solo algo tan importante como este trabajo nos obligaría a estar lejos de ti," susurró mientras acariciaba las trenzas de Leia. "Pero ni siquiera esto cambia lo mucho que te amamos. Es por tu futuro que luchamos. ¿Entiendes?"
Leia no pudo contestar. Solo asintió, escondiendo la cabeza entre los brazos de sus padres, deseando que jamás dejaran de estar tan unidos como en ese instante.
Escrito por Claudia Gray.
Traducido por Mario A. Escamilla.
Original de un extracto publicado brevemente en la página oficial: The Organa Family Debates Rebellion in Leia: Princess of Alderaan – Exclusive Excerpt
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