Mientras tanto, pueden leer "Intercambiando Cicatrices", una historia corta sobre Umbara, por Sam Wallschlaeger, escritora de BioWare.
Veesh estaba espantando al novato otra vez.
Nira miró como el comando Umbarano se aseguraba que el compartimiento del tren estaba sellado, entonces jaló la orilla de su manga para revelar una serie de feos verdugones que rodeaban su muñeca.
"Obtuve éstos mientras escoltaba un cargamento el mes pasado. Una banshee salió de la nada, mientras cruzábamos el cañón." Sonrió satisfecho, su voz apagada por el visor de su casco. "Me tomó por la muñeca el tiempo suficiente para que el veneno se filtrara. Los médicos dicen que tuve suerte de conservar mi brazo."
Nira notó que el novato se ponía pálido, incluso para un Umbarano. Era recién transferido de la ciudad capital, era su primera vez custodiando un transporte de cristales de Adega, y Veesh no se lo estaba poniendo fácil. Nira quería darle un respiro al pobre muchacho, pero sabía que debía evitar meterse una vez que su compañero comenzaba a hablar.
"Por supuesto, me fue mejor que a Yuula. Ella es a la que estás reemplazando. Tuvimos un encuentro con un torturador vixiano la semana pasada, y ella sacó la peor parte. Estará con los médicos al menos otra semana." Veesh giró y apuntó hacia su omóplato. "Me atacó justo aquí, su golpe apénas me rozó. Tuve suerte de que no aplastara mi casco. ¿Has visto a un torturador vixiano? Hace que un rancor parezca sólo un droide ratón."
El novato rió de mala gana y se apoyó contra una caja, sus manos temblaban. Nira sacudió la cabeza. Sería su culpa si otro tipo nuevo renunciaba.
Veesh sonrió y usó su blaster para señalarla. "Nira ha sido una guardiana de cristales más tiempo que yo. Apuesto a que también tiene algunas horribles cicatrices."
"No estoy de humor, Veesh," dijo Nira.
"Oh, vamos." Dio un par de pasos hacia adelante y se apoyó en la pared junto a su lado. "Cuéntanos una historia."
Nira hizo una larga pausa. Miró al novato que la veía con anticipación con los ojos abiertos como platos. Suspiró, mirando fijamente a los pálidos ojos de Veesh.
"¿Quieres una historia? Bien. Déjame contarte acerca del primer trabajo que tuve como guardia. Se suponía que transportaríamos cristales hacia el puerto, a través del bosque del vacío."
"Ya nadie va por esa ruta," dijo Veesh arqueando las cejas.
"Por causa de nosotros. Íbamos a mitad de camino cuando de repente se apagó todo. Un tren de abastecimiento nuevo y en perfectas condiciones, y sólo... se detuvo."
Veesh se inclinó hacia atrás sin decir nada. Nira se cruzó de brazos y continuó.
"El ingeniero no encontraba el problema, así que salió del tren para checar la fuente de poder. Después de una hora, no había regresado, y supimos que algo andaba mal. Mi oficial nos dividió en dos escuadrones y nos mandó a investigar."
"Tan pronto como pisamos tierra, sentimos que algo... estaba mal. Siempre está todo oscuro allá afuera, pero esto era peor de lo normal. Apenas podía ver mi mano si la ponía frente a mi cara. Y sentíamos que algo nos observaba."
"De repente, escuchamos un alboroto detrás de nosotros. Nuestro oficial de tecnología salió disparado, completamente hacia arriba. Voló hacia un árbol a veinte metros de distancia. Murió con el impacto."
"Después de eso, todo fue un caos. Nuestro médico fue jalado hacia atrás y simplemente... desapareció. Mi superiora entró en pánico y entró en pánico, vi un destello en el aire. Pareció que los disparos habían acertado a algo sólido. Durante medio segundo, pude ver el contorno de la criatura. Un slybex alfa."
Veesh dejó escapar una maldición. Después de otra pausa, Nira volvió a hablar.
"Escuché a mi superiora gritar, y después todo fue... silencio. Así como si nada, todo mi equipo se había ido. No sabía que hacer, así que corrí. No me detuve hasta regresar al tren. De camino, tropecé con los restos del otro escuadrón."
"Me escondí en la bahía de carga por tres días antes de que el escuadrón de rescate me encontrara. Dijeron que todo el tren estaba lleno de arañazos y cubierto de manchas de veneno. Que había tenido suerte de estar viva."
El novato habló finalmente, su voz apenas un susurro áspero. "Tienes suerte."
"Por los últimos cinco años, he tenido que dormir con la luz encendida," dijo Nira suavemente. "Todos tenemos cicatrices."
Sonó un claxón, y el tren se detuvo. Veesh tropezó, agarrándose de una caja para no caerse.
Se quedaron en silencio por un largo tiempo, escuchando el rugido de la fuente de poder debajo de sus pies. Después de lo que pareció una eternidad, Veesh se aclaró la garganta.
"¿Crees que...?"
De pronto, un golpe por encima del tren los hizo saltar. Una voz rugió con urgencia en el comunicador de Nira.
"Escuadrón Uno, ¡un equipo de combate de la Alianza ha aterrizado sobre el carro cinco! ¡Solicitamos apoyo!"
Veesh y Nira se miraron a los ojos, sabían perfectamente lo que eso significaba. Si la Alianza estaba aquí, se enfrentarían a un enemigo aún más mortal que el slybex.
Nira frunció el cejo, entonces tomó el blaster del novato y lo depositó en sus temblorosas manos. "Es tu día de suerte, chico," dijo, con una sonrisa forzada. "Estás a punto de ganarte tu primera cicatriz."
Escrito por Sam Wallschlaeger.
Traducido por Mario A. Escamilla.
Original de Trading Scars – A Short Story on Umbara
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