Nuestro mundo ya conoce las batallas por el control de tierras sagradas.
La historia antigua que existe sobre dichos lugares es generalmente ignorada por los invasores que reclaman los recursos que yacen en ellos. En Rogue One, un planeta entero se convierte en este tipo de zonas de combate: Jedha, una tierra sagrada para aquellos que creen en la Fuerza.
"La Fuerza es básicamente una religión en Star Wars, y se está perdiendo la fe en ella durante el periodo en el que comienza la película", dice Gareth Edwards, el director de la película que toma lugar justo antes de la original Star Wars de 1977.
"Estábamos buscando un lugar físico donde pudiéramos hablar de los temas de perder la fe y la opción entre dejar que el Imperio y el mal ganen, o que prevalezca el bien," dice. "Y lo encarnamos en este lugar que llamamos Jedha."
Con sus callejones estrechos, arenas desérticas y arquitectura inspirada en los otomanos, Jedha tiene obvias influencias del medio oriente, pero podría ser cualquier lugar en el que peregrinos de lugares remotos se unen para orar, reflexionar y meditar: Mecca, Jerusalem, Canterbury, Bodh Gaya...
"Es un lugar al que peregrinan aquellos que creen en la Fuerza," dice Edwards. "Fue esencialmente conquistado por el Imperio. Es un territorio ocupado... por razones que aún no podemos revelar."
Presionado para dar más detalles sobre el porqué el Imperio enviaría fuerzas militares para dominar este mundo, Edwards dice, "Hay algo muy importante en Jedha que le sirve tanto a los Jedi como al Imperio. Es algo que podríamos identificar fácilmente en nuestro mundo."
Parece ser que lo que es un recurso natural muy escaso en la galaxia es una de las razones que hacen que Jedha sea tan especial. ¿Probablemente un yacimiento de cristales kyber? Estos son los minerales sensibles a la Fuerza que le dan su poder a los sables de luz y fueron usados por los antiguos Sith para crear armas de destrucción masiva.
Mientras el Imperio termina su Estrella de la Muerte, los cristales kyber podrían ser un componente central para el láser de la estación de batalla. Pero hay otra parte de estos lugares sagrados que generalmente no es tomada en cuenta durante las batallas: la gente.
Sin duda, también son una fuente de gran poder. Los Rebeldes acuden buscando a un individuo importante en su lucha contra la super arma del Imperio.
"En Jedha, aunque está bajo el yugo opresor del Imperio, hay una resistencia que no se rinde y donde acuden nuestros personajes para conocer gente y tratar de convencer a una persona a unirse al grupo," dice Edwards.
Aunque la fe está perdiéndose durante la época de Rogue One, los creyentes de toda la galaxia, seguidores de diversas ramas de la Fuerza, se siguen reuniendo en Jedha para mostrar su respeto.
"En un gran nivel, debe haber miles de personas que solamente creen en los Jedi y creen en la Fuerza y son afectados por ella," dice Edwards. "Si es una religión muy antigua, como dice Obi-Wan Kenobi, debe de existir en miles o millones de personas en toda la galaxia."
Las calles del planeta están llenas de sacerdotes, eruditos y hombres y mujeres santos. Un habitante del planeta es descrito como un monje guerrero, Chirrut Imwe, protagonizado por Donnie Yen. Es un ciego acompañado por su protector y guía, Baze Malbuz (Jiang Wen), alguien que no cree en lo sobrenatural pero que aún así le tiene mucha fe a su amigo.
También es el mundo natal de Bodhi Rook (Riz Ahmed), un piloto que había sido reclutado a la fuerza por el Imperio pero que ahora es parte del creciente movimiento en contra del régimen del Emperador Palpatine.
Puedes leer la tercera parte: el origen del droide K-2SO y la cuarta: Saw Gerrera, el rebelde extremista.
Escrito por Anthony Breznican.
Traducido por Mario A. Escamilla
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