La trilogía de Alphabet Squadron por Alexander Freed nos ha permitido echar un vistazo al complicado panorama político que acontece después de El Regreso del Jedi, a través de los ojos de pilotos veteranos de la guerra civil galáctica. Ahora que las cosas se aproximan hacia el final, el Remanente Imperial está planeando un ataque mayor... pero no contra nuestros héroes.
"Este es el Coronel Soran Keize, de la Ala Imperial 204 y el portanaves Yadeez. En respuesta a las acciones traicioneras del Consejo de Yomo, su desafío a las órdenes de la Gran Almirante Sloane en cuanto a redirigir sus bienes hacia el sector D'Aelgoth, su negativa a reconocer al verdadero Regente del Imperio en Coruscant, y su alianza con el Sindicato Shiortuun, entre otras, hemos sido asignados para traer la venganza a su mundo."
El cabello oscuro del orador enmarcaba una cara angular, de labios delgados, y su voz tenía el tono de un forense recitando los resultados de una autopsia. Hera Syndulla apenas le prestó atención. Había visto la holograbación tres veces, y lo que importaba ahora era ver la reacción del resto de los asistentes.
Sentados alrededor de la oscura mesa de conferencias estaban Wyl Lark, Kairos, Chass na Chadic y Nath Tensent, los sobrevivientes de lo que Caern Adan había llamado el grupo de la Inteligencia de la Nueva República contra la Ala Imperial 204. Todos estaban callados, sus caras iluminadas por el brillo azul del holoproyector. Hera los miró con fijación como si su intensidad pudiera permitirle penetrar sus cráneos, entender porqué Wyl y Nath estaban sentados tan lejos de sí; porqué Chass na Chadic apretaba su quijada mientras miraba fijamente al espacio; porqué Kairos agitaba su mano tendida, como si fuera una mujer ciega tratando de trazar el contorno de la cara de Keize.
No dudaba que estaban perturbados, pero tenía que saber si estaban listos.
La grabación pronunció su amenaza final y el holo desapareció de la existencia. Las luces del cuarto de conferencias de la Deliverance se encendieron. Los pilotos cambiaron de posición y se sentaron derechos, Hera rompió el silencio. "Esa grabación es de hace tres días," dijo. "Se repetía constantemente en un canal al que accedimos en el convoy Imperial que encontramos, como si alguien lo hubiera dejado ahí como una advertencia. No hemos recibido reportes de Fedovoi End, pero debemos asumir que Shadow Wing entró y salió."
Continuó, intentando suprimir la rabia que sentía y manteniendo el nivel de su voz. "En nuestro último censo, Fedovoi End albergaba medio millón de tropas y sus familias. Era un puesto militar, cierto, pero no habíamos visto muertes a esta escala desde la Operación Cenizas."
Nath gruñió, como si nada de esto le sorprendiera. Kairos colocó sus manos planas un centímetro por encima de la mesa.
"El Imperio se está devorando solo," dijo Chass.
"Si," asintió Hera. "Los lealistas han entrado en guerra con las facciones que quieren separarse, y que los ciudadanos atrapados entre ambos bandos se vayan al demonio."
"Soran Keize," dijo Wyl. "Hemos oído ese nombre antes."
No estaba acongojado. Estaba enfocado. Bien, pensó ella. Se lo difícil que es.
"Así es," comenzó Hera, pero Nath levantó el dedo y ella le dio la palabra con una inclinación de la cabeza.
"Inteligencia mandó los archivos hace una hora," dijo Nath. "Soran Keize, el segundo al mando de la Coronel Shakara Nuress. Piloto as, ha estado en esto casi veinte años, ha entrenado a casi toda la Shadow Wing. Lo último que sabíamos es que su rango era de Mayor, pero..."
"...pero creíamos que había muerto," Wyl terminó la oración.
Nath gruño de nuevo. "Es lo que nos dijo Quell. Definitivamente no estuvo en Pandem Nai, y acabar con Nuress realmente dejó a la unidad sin un líder. Lo que no sabíamos era que Adan tenía pistas que sugerían que Keize seguía vivo."
Eso era sugerir que Yrica Quell había mentido sobre su mentor, de la misma forma que había mentido sobre su participación en la Operación Cenizas. El recuerdo acudió a Hera con una dosis de frustración y resentimiento, además del pesar. A pesar de las fallas de Yrica Quell, y habían sido muchas, había estado a cargo de Hera, y la participación de Quell en el genocidio de Nacronis solo se había revelado unas pocas horas antes de su muerte. Hera no sabía lo que hubiera hecho de estar en el lugar, ¿habría abrazado a la mujer, la habría aprisionado por sus crímenes, o ambas?
Y si esto es lo que yo pienso, imagina lo que sienten los demás.
"¿Adan sabía?" preguntó Kairos, apenas con voz audible.
"Tenía gente investigando el pasado de Quell," dijo Nath, "y se tropezaron con Keize. Aparentemente, abandonó Shadow Wing después de Nacronis, al mismo tiempo que Quell. Lo rastrearon hasta un montón de lodo llamado Vernid, creo. Se había cambiado el nombre, trabajó en minería... nunca supimos cuál era su plan. Cuando Inteligencia lo encontró, mató un par de agentes y desapareció."
Nath giró en su asiento, cruzando los brazos sobre su pecho. "No sabemos cuando se reencontró con Shadow Sing, pero Nasha Gravas y su gente estuvieron revisando la evidencia de Troithe. Cámaras en las calles, restos biológicos, todo lo que pudieron reunir de cuando estuvieron sin poder volar. Si pones todo junto, se vuelve claro que Keize estaba a cargo al menos en ese tiempo."
Chass arqueó una ceja. "¿Entonces podemos echarle la culpa a Kreize de todo lo que sucedió? ¿Destruir la Lodestar, dispararle a mi nave?"
"Eso parece," asintió Nath.
"¿Y entonces también podemos echarle la culpa a Adan por mantenerlo oculto? ¿Lo de Keize? ¿Lo de Quell?" los ojos de Chass brillaron. "¿O tal vez podemos echarle la culpa a Quell por no mencionar que su jefe genocida seguía vivo?"
"Chass..." comenzó Hera. Regañar a la mujer solo haría que los ánimos se caldearan, pero no le gustaba la dirección que estaba tomando la conversación.
Wyl interrumpió. "En Vernid, ¿pudo haber desertado? ¿Estaba tratando de recomponer su vida?"
Chass rió. "Vaya que no lo está haciendo."
"Supongo que es posible," dijo Nath, "pero estoy de acuerdo con Chass. Vernid está en el pasado, y ahora..." manoteó como señalando el mensaje holográfico.
La conversación se convirtió en un caos. Nath se inclinó hacia atrás en su asiento y especuló sobre las conexiones de Keize y la flota Imperial. Chass se burló de los secretos de Quell y de los de la Inteligencia de la Nueva República. Wyl se preguntó como afectaría la presencia de Keize a las tácticas de la 204 mientras intentaba consultar datos sobre Fedovoi End y sus ciudades principales.
"Está volviendo a suceder," dijo Kairos, y nadie pareció escuchar excepto Hera. Nath y Chass seguían hablando.
"Está volviendo a suceder," repitió Kairos, está vez en un grito ronco.
Los demás guardaron silencio.
Hera asintió lentamente. "Estan volviendo a matar planetas. Si."
Escrito por Alexander Freed
Traducido por Mario A. Escamilla
Original de In This Star Wars: Victory's Price Excerpt, the Empire Strikes Back...at Itself
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