martes, 19 de mayo de 2020

Primer extracto de Poe Dameron: Free Fall

Después de ver El Ascenso de Skywalker, puedes haber salido con más de una pregunta sobre el piloto de X-Wing favorito de la nueva trilogía, Poe Dameron. Todo indica que el personaje no fue siempre tan heroico. Hubo una época en su juventud en la que traficó especias ilegalmente con Zorii Bliss y los Traficantes de Especia de Kijimi. ¿Cómo pasó de una vida de crimen a una con un propósito valiente?

Eso es lo que la novela titulada Poe Dameron: Free Fall, de Alex Segura, explorará. Lean el primer capítulo antes de su lanzamiento el 4 de agosto de 2020.



"¡Yajú!"

El grito estalló de entre los labios de Poe Dameron al tiempo que el A-Wing giraba hacia arriba con un largo y doloroso estremecimiento, la vieja nave a duras penas evadiendo el trío de naves de la Fuerza de Defensa Civil que se acercaban.

"Nada bueno, Poe, nada bueno," murmuró para sí mismo mientras revisaba los instrumentos de su nave. Cuatro naves en total. Todas ellas armadas. Todos ellos probablemente enojados. Todos en mejor estado que la vieja ave de su madre. No eran buenas probabilidades.

"¿Qué hay de nuevo?" preguntó, una sonrisa formándose en su rostro.

Esto debía ser divertido, se dijo a sí mismo, solo una excursión rápida para desahogarse. Pero había ido más lejos, más alto, de lo que pretendía, y para cuando se dio cuenta, ya estaba en la mira de alguien más.

Un crujido de sonido indicó un mensaje de sus perseguidores. Poe lo ignoró. La voz ronca del hombre se dejó oir de todas maneras.

"Poe, ésta es tu última advertencia, hijo," dijo Griffus Pinter, uno de los amigos más cercanos de su padre y un pilar de la Fuerza de Defensa del sistema de Yavin. Poe podía visualizar la expresión del hombre, la barba gris temblando con cada palabra llena de ira. "No quiero tener que derribarte."

Poe titubeó por un segundo, su mano se cernía sobre los controles de la nave. Incluso a sus dieciseis años, Poe era lo suficientemente maduro para saber que había alcanzado un punto de inflexión. Podía darse por vencido, rendirse, y tal vez librarla. Recibir otra palmada en la muñeca. Se enfrentaría otra vez a la ira de su padre, seguramente, pero incluso esos fríos hombros tenían un final. Sería otro en una larga lista de incidentes rebeldes de Poe, desde, bueno, desde hacía ocho años.

Desde el día más oscuro de su corta vida.

El A-wing giró hacia abajo, como si se dirigiera hacia la luna, el súbito movimiento ejerció presión sobre la vieja nave, evidenciado por sonidos que Poe nunca había escuchado. Griffus sonaba igualmente horrorizado. Las grosería que saltaban del comunicador eran casi musicales, una colección de sonidos que Poe difícilmente hubiera imaginado ni en sus momentos más creativos.

Todo había empezado como una travesura. Una broma alimentada por la ira, si Poe se permitía ser honesto consigo mismo. El argumento con su padre había seguido las mismas notas que antes. La menor sugerencia de que Poe se convirtiera en un piloto, de abandonar Yavin 4 para seguir los pasos de su madre, Shara Bey, había sido rechazada inmediatamente. Había una chispa de emoción que Poe solo veía en su padre durante momentos como éste. El resto del tiempo, Kes Dameron era hosco, aislado y distante. Esta vez, se habían intercambiado duras palabras. A Poe le habían recordado su juventud e inexperiencia. Hubo lágrimas. Hubo gritos. Puertas azotadas y un enorme abismo que crecía entre los dos Dameron.

Treparse al A-wing había sido un escape fácil. Un lugar donde esconderse y pensar. El olor y la sensación de la nave de su madre servían como el último santuario de su recuerdo. Un lugar final donde Poe podía entrar en contacto con una mujer que debería seguir a su alrededor. Que debía recibirlo cuando regresaba tarde, esperándolo con una taza caliente de te de Tarine en sus manos desgastadas por el trabajo, una sonrisa reconfortante en su cara.

"¿Necesitamos hablar, Poe?" le preguntaba ella en esos momentos imaginarios, en esas escenas que se sentían tan reales. Que causaban tanto dolor.

Sin embargo, antes de darse cuenta, había activado los interruptores y sacado la nave. En ese momento, la mente de Poe había retrocedido a la misma cabina, el mismo A-wing, hacía ocho años, con su madre, su mano guiándolo por encima de la suya. Solían navegar de vez en cuando. Ella quería que Poe aprendiera, le decía a su padre, Kes, cuando protestaba. ¿Quién mejor para enseñarle? La nave había hecho un giro de barril, sus cabezas se habían golpeado entre sí mientras reía, con esa risa clara, fuerte. Confiada y cálida, como todo lo que hacía su madre. Poe sabía, incluso entonces, que Shara Bey era una heroína. Tal vez no sabía que había sido una heroína de la Rebelión, de las fuerzas que se habían unido para formar la Nueva República, pero era una figura heroica para él. Una luz a la que siempre había estado atraído, una fuente de energía.

Y ya no estaba.

Su mente fue arrastrada hacia el presente, con los gritos llenos de estática de Griffus reemplazados por una voz clara. Amenazadora. Desconocida.

La oración fue breve, pero su mensaje era muy, muy claro.

"Abran fuego."

Los dos primeros fueron tiros de advertencia. Poe, a pesar de su inexperiencia en cuanto a batallas espaciales, sabía lo suficiente. "Tienes que decirles lo que estás haciendo, paso por paso," le había dicho su madre. "Si quieres que el conflicto se reduzca, debes darles todas las oportunidades para que lo hagan por ti."

Pero el tercer disparo entró fuerte, golpeando al A-wing de modo que entró en un bucle. La nave comenzó a girar y los controles parpadearon.

"Eh, creo que le dimos..."

"No, maldición, no," dijo otra voz. "Cambien curso, inmediatamente. Debemos recuperar..."

Entonces se cortó la transmisión. Un silencio espectral invadió la estrecha cabina del A-wing, reemplazando el ruido. La piel de Poe se congeló mientras intentaba recuperar alguna clase de equilibrio.

La voz del oficial de la Fuerza de Defensa había sonado nerviosa. Alguien se había sobrepasado. Alguien había disparado con la intención incorrecta. El silbido de aire, que indicaba que algún compartimiento había sido roto, que algo había salido mal, llenaba los oídos de Poe al tiempo que su cabeza golpeaba, con un fuerte golpe un instante después. Había dejado de contar los giros, era una rotación constante mientras la nave se inclinaba hacia abajo, la pantalla tenía un color gris apagado.

Poe intentó mantener sus ojos abiertos. Trató de enfocarse en lo que podía hacer. La nave no estaba totalmente muerta, no podía estarlo. Era la nave de su madre. Había sido su fiel compañera durante más misiones rebeldes de las que Poe podía imaginar. Shara Bey de la Rebelión. Héroe de la Batalla de Endor. Amiga de la princesa Leia Organa y del Caballero Jedi Luke Skywalker.

Madre.

Mientras se incrementaba la presión, sintió como la nave se caía a pedazos a su alrededor. La mente de Poe se desvió hacia la granja. Sus ojos giraban en sus órbitas, su mente estaba abrumada por el vértigo mientras el tembloroso A-wing ganaba velocidad, entrando como bólido en la atmósfera de la luna de Yavin. Estaba volviendo a casa.

"Lo siento, Papá," dijo Poe, su voz era un susurro. "Mamá."

Escrito por Alex Segura.
Traducido por Mario A. Escamilla

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