jueves, 1 de marzo de 2018

Extracto de la novela Last Shot

Uno de los libros más anticipados es Last Shot, libro complementario a la película Han Solo: Una Historia de Star Wars, el cual está escrito por Daniel José Older. Se publicará en Estados Unidos el 17 de abril, y nos cuenta historias de Han y Lando en tres diferentes épocas: cuando Lando era propietario del Halcón Milenario; poco después de que Han tomara posesión del pedazo de chatarra; y no mucho después de la Batalla de Endor. También nos muestra a Han Solo como un nuevo padre, y todo lo que esto conlleva en una galaxia muy, muy lejana...

Les presentamos el primer extracto del legendario rebelde y su hijo, Ben, en un tipo diferente de batalla, la que se libra por dormir.



"... PARA LA PRINCESA LEIA ORGANA. MENSAJE URGENTE. MENSAJE URGENTE para la Princesa Leia Organa. Por favor responda. Mensaje..."

"Uh..." Han Solo despertó con un pequeño pie en su cara y una irritante voz de un droide en su oído. "¿Qué?" El pequeño pie estaba unido al pequeño cuerpo de Ben Solo, durmiendo por fin por primera vez en varios días. Los ojos de Han se abrieron. ¿Se despertaría el niño?


"Transferiré el holo de la Canciller Mon Mothma inmediatamente," dijo T-2LC, el droide de protocolo de Leia.

"¿Qué? ¡No!" dijo Han al levantarse, tratando de no mover mucho a Ben. Estaba sin camisa y su cabello seguramente apuntaba en ocho direcciones distintas. Probablemente tenía saliva seca en su cara. Si no deseaba hablar con Mon Mothma en circunstancias normales, menos aún estando semidesnudo y recién levantado.

"¿Leia?" dijo una voz mientras el cuarto se iluminaba de azul con la holoproyección.

Ben se estiró, pateando a Han en la cara.

"Oh," dijo Mon Mothma, echando un vistazo a la proyección que estaba siendo transmitida hacia su ubicación. "Disculpe, General Solo."

"Ya no soy un general," gruñó Han, intentando mantener su voz baja.

Mon Mothma asintió. "Estoy enterada de ello." Ella siempre le pareció a Han una presencia espectral, con todas esas túnicas holgadas y esa mirada perdida. Verla como un holograma azul semitransparente solo acentuaba ese sentir. "Es mi costumbre referirme a nuestros veteranos por su rango sin importar su estado actual."

"Bien," dijo Han.

"¿Está Leia por ahí?"

"Puedo buscarla por usted," sugirió T-2LC, cambiando de posición de tal manera que el brillante holograma de Mon Mothma se posó sobre la cara durmiente de Ben.

"¡Elsie!" rugió Han.

Los ojos de Ben se abrieron para ver una brillante forma azul bailando sobre él. Estalló en llanto. Han sacudió su cabeza; no podía echarle la culpa al niño, en realidad. Han probablemente hubiera hecho lo mismo si se hubiera despertado envuelto en una nube con forma de Mon Mothma. Que en cierta forma era algo que casi le había sucedido. "Shh, ven aquí, niño grande." Posó sus manos debajo de los pequeños brazos de su hijo y lo levantó, acomodándolo para que llorara sobre su pecho. Han sintió el pequeño latido del corazón calmándose mientras Ben sollozaba.

"¿Por qué no hiciste eso desde el principio?" susurró Han con voz enojada.

"Lo siento, señor. Mi programación indica que cuando recibo un mensaje urgente debo alertar inmediatamente al miembro más cercano de la familia, que en este caso..."

"Esta bien, olvídalo. Ve a buscar a Leia."

"Como ordene, señor."

"Que temple," gruño Han, manteniendo a Ben sobre su pecho mientras se levantaba del sillón. "Oh." Un destello de dolor surgió en su espalda baja. Viejas heridas de batalla. O simple vejez. O ambas. Fantástico. La holopantalla al otro lado del cuarto indicaba que eran las 4:30 de la mañana. Tenía una enorme lista de aburridas juntas para el día de hoy, puesto que iniciaría la semana de preparación y planeamiento para la sesión inaugural de la Comisión de Pilotos de la Nueva República, de la que Han había aceptado el mando a regañadientes, un gran error que aún estaba intentando explicar como había sucedido. Han detestaba planear. También detestaba prepararse. Pero lo que más odiaba por encima de todo, incluso tal vez del Imperio, eran las juntas. Y ahora que el Imperio había dejado de existir desde hacía dos años, los restos de su flota destrozados encima de los cielos de Jakku justo cuando Ben nacía, solo hacían que tuviera más espacio en su agenda para más reuniones, ocupando el lugar número uno de la lista de Cosas que Han Odia.

Y si hay algo que esta naciente república ama, son las juntas.

Probablemente podría echar una pequeña siesta antes de alistarse, pensó Han, tumbado en la cama. El pequeño Ben lo miró adormilado, esos oscuros ojos se fijaron sobre Han, estudiándolo. Han no tenía idea de como un niño de dos años podía tener unos ojos tan antiguos. Como si Ben hubiera estado esperando un milenio solo para aparecer en este preciso momento de la historia.

Lentamente, los ojos de Ben Solo se volvieron a cerrar, mientras su barbilla se posaba en el hombro de Han.

Han sacudió la cabeza, sonriendo. Aquí estaba pensando sobre destinos y designios. Empezaba a sonar como Luke.

Esa idea lo hizo sonreír y preocuparse a la vez, y ese embrollo de sentimientos hizo que su mente vagara al tiempo que el sueño lo volvía a vencer una vez más, bloqueando los eventos en su habitación, la plática al otro lado de la pared, el trinar de los pájaros, la creciente luz de un nuevo día, envolviéndolo como una neblina placentera...

...Justo hasta que unos golpeteos frenéticos hicieron que Han regresara abruptamente al mundo de los despiertos.

"¿Qué?" Dejó a Ben cuidadosamente y se levantó, con el corazón palpitando fuertemente.

¡Toc, toc, toc!

El balcón. Venían del balcón. Manteniéndose fuera de la vista de las altas ventanas, Han levantó a Ben y lo depositó suavemente sobre la alfombra, en el lado más alejado del sonido. Se hincó a un lado del buró, abrió el cajón y sacó su bláster. Quitó el seguro y se dirigió hacia la puerta.

¡Toc, toc, toc!

En la esquina, con una mano en el picaporte y el otro en el gatillo, echó una mirada a Ben. Aún estaba dormido. Han solo quería patear la ventana y soltar una andanada de disparos bláster. Pero no era una buena idea, y si había algún peligro, esa imprudencia podía costarles la vida a Ben y a él.

Lentamente, suavemente, arqueó su cuello para mirar la pequeña pantalla que le mostraba la cámara de seguridad del balcón.

Todos los músculos tensos de su cuerpo se relajaron al mismo tiempo que abrió la puerta, con una enorme sonrisa en su cara. Ahí, bañado por la luz morada del amanecer, estaba parado Lando Calrissian, vestido como siempre en una camisa formal, media capa, botas relucientes y una barba de chivo perfectamente recortada.

"Pero si es..." comenzó a decir Han, pero se calló de repente.

Había algo diferente en Lando: su sonrisa normal de sinvergüenza no estaba en su rostro. De hecho, parecía bastante molesto.

"¿Qué pasa, viejo amigo? ¿Y por qué estás..."

Han no pudo terminar porque Lando estaba haciéndose hacia atrás, tomando vuelo, con el puño cerrado y lanzando un golpe con todas sus fuerzas. Y entonces, como era de esperarse, el puño se encontró con su cara y Han voló hacia atrás, cayendo con un gruñido, pensando, al mismo tiempo que su mundo se desvanecía en la oscuridad: Probablemente debí haberlo esperado.

Escrito por Daniel José Older.
Traducido por Mario A. Escamilla.
Tomado de Exclusive: New Dad Han Solo Faces His Greatest Challenge — Toddler Ben — in This Last Shot Excerpt

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