En este extracto, que sucede poco tiempo después de los eventos de Star Wars: Los Últimos Jedi, Leia y Rey entablan una conexión a bordo del Halcón Milenario, discutiendo sobre a lo que se enfrentan y sobre quienes han caído en el camino.
Un agudo dolor en su sien detuvo en seco los pensamientos de Leia. Cerró sus ojos en repentina agonía. Estos dolores de cabeza eran un efecto secundario del proceso de curación, le había dicho el droide médico. Creía que durarían por algunas semanas más, pero entre los dolores de cabeza, las pesadillas de estar perdida en el espacio, y el duelo de haber perdido amigos y familia, Leia estaba exhausta. Lo que no daría por un momento de relajación, o de seguridad; unos cuantos días, incluso unas pocas horas de saber que todo estaría bien.
"¿General Organa?"
La voz provino detrás de ella y Leia giró para encontrarse con Rey de pie en el pasillo. La chica vestía una versión de su ropa de chatarrera con la que se había vestido el día anterior, pero ahora Leia reconocía toques de influencia Jedi en el conjunto. Está cambiando, pensó Leia, pero aún queda algo de Jakku que no ha dejado ir. Pero tal vez eso no era justo. Tal vez Rey simplemente se aferraba a las cosas simples que conocía en medio de este mar de caos, como le sucedía a todos. Hablando de cosas simples, Rey tenía una taza humeante en sus manos y cuando vio que Leia se daba cuenta, la acercó.
"Le traje una taza de té de Gatalenta," dijo Rey.