"He sentido una perturbación en la Fuerza."
El Emperador Palpatine hizo una pausa, expandiendo sus pensamientos hacia los dos hombres parados frente a su trono, esperando sus reacciones.
No. No hombres. Por supuesto que no hombres. Los hombres eran criaturas insignificantes y lastimosas, dignas solo de ser gobernadas, o intimidadas, o de mandarlas a su muerte en batalla. Éstos eran más que simples hombres.
Un Gran Almirante Chiss, genio estratégico y táctico. Un Señor de los Sith, despiadado y poderoso en la Fuerza.